jueves, 13 de agosto de 2015

Catón. Acto I, escena I, líneas 20-31



Estoy harto de conjeturas. Esto tiene  que acabar con ellas. Así estoy doblemente mi muerte y mi vida, Mi veneno y mi antídoto están ambos ante mí: El uno, en un momento, me conduce al final; Pero el otro me dice que nunca moriré. El alma, segura en  su existencia, sonríe A la daga asesina,  desafiando su punta.
Las estrellas se  desvanecerán, el mismo sol Oscurece con la edad y la naturaleza se hunde con los años; Pero tú florecerás en una juventud inmortal, Sin que te hieran la  guerra de los elementos,Los naufragios  de la materia y la destrucción de los mundos.»

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