La piedra del Sol más
conocida como "El Calendario Azteca", es una pieza de extraordinario
valor científico, artístico, místico y filosófico. En el se encuentran
descritos un gran contenido en conocimientos que pueden (al ser interpretados inteligentemente)
darnos claves para el desarrollo interior del ser humano.
En el centro aparece Tonatiuh,
el dios Sol decorado a la manera nahua. Símbolo del lo espiritual en el ser
humano, del Amor, la Fraternidad, el altruismo, la bondad, la paz, diligencia,
templanza, etc. aparece glorioso con su lengua triangular que lejos de
significar sed de sangre, nos representa la importancia que tiene el Verbo, la
palabra, no sólo para comunicarnos, sino su relación en el origen de la creación,
en esto es muy similar a lo que Sn. Juan dice "En un principio era el
verbo, y el verbo estaba con Dios, y el verbo era Dios...", también el Popol Vuh (Joya del Pueblo Maya)
menciona que los creadores del mundo en un principio se reunieron y
"hablaron" y así fue como se formó la tierra.
A los lados del Gran
Rostro se encuentra cincelada dos garras estrujando corazones humanos,
indicándonos la necesidad de eliminar de nuestra naturaleza interna las
pasiones animales la ira, el orgullo, la lujuria, la soberbia, la avaricia, la
envidia, el egoísmo, etc., es ahí donde está la clave para que nosotros
acabemos con las guerras, con la explotación del hombre por el hombre, para que
terminemos con muchas de las enfermedades, hambres, miseria, etc. para lograrlo
se necesita de un valor muy grande, pues hay que enfrentarse a sí
mismo, es por eso que
colocaron garras para indicarnos esto. Se menciona esta magnifica pieza que 4
razas anteriores nos precedieron, coincidiendo extraordinariamente con otros pueblos
como los mayas que afirman que no somos la primera raza existente en la tierra,
sino que otras han existido alcanzando su esplendor y luego decayendo. La
primera la denominaron
Oceltonatiuh de Ocelotl (Jaguar) y
Tonatiuh (sol); esta primera raza aseguran fue devorada por los tigres. Es muy
importante hacer notar que los antepasados de Anahuac tenían al tigre como
símbolo de sabiduría y perfección; es decir que esta primera raza
alcanzó grados de desarrollo místico elevadísimos.
La Segunda raza la llamaron Ehectonatiuh de
Ehectal (dios del Viento) y Tonatiuh (el sol), esta raza afirman fue arrasada
por fuerte huracanes, analizando la palabra Huracán encontramos que es uno de
los nombres que dan los mayas a el corazón del cielo, que dividían en tres
partes Chípi Kukulha, Raxá Kukulha y Kukulha y en su conjunto decían Huracán;
con esto podemos entender que la Segunda raza existente en nuestra tierra
estuvo llena de principios anímicos (alma) y espirituales
(ser).
La tercera Raza se
denominó Quiauhtonatiuh de Quiauh (Lluvia) y Tonatiuh (sol), el sol de
Lluvia está raza fue destruida por lluvia de fuego y terremotos. La Cuarta raza
la llamaron Atonatiuh de Atl (agua) y Tonatiuh (sol), esta raza fue
destruida por agua, la catástrofe que relatan los aztecas es muy similar a la
que se encentra en muchos pueblos de la tierra y que conocemos como el diluvio
universal. Ciertos sabios como Platón aseguran la existencia de esta raza
dándole el nombre de Atlántida, cuyos vestigios existen decenas de su
existencia.
Alrededor de Tonatiuh
se encuentra el símbolo de ollin (Movimiento) y el numeral 4, que según los
aztecas es la fecha en la que ha de perecer nuestra actual raza, (los hijos del
Quinto Sol) por Fuego y por terremotos, cosa que curiosamente por nuestros
tiempos los volcanes (el fuego) se han puesto en creciente actividad y los
terremotos de han incrementado en número y en intensidad. No cabe duda de que
nuestros antepasados alcanzaron en su época de oro grandes conocimientos que
les permitieron plasmar verdaderas obras de arte, combinándolas con conocimientos
míticos, religiosos, matemáticos, astronómicos, etc.
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