domingo, 16 de septiembre de 2018

ALGUNOS ASPECTOS TEÓRICOS DE LOS SUEÑOS



Por LOUIS J.  MARK

ANTES de morir, Freud hizo una declaración estableciendo que desde que él publicara su obra sobre los sueños, ningún nuevo trabajo en realidad había aparecido sobre este tema, por lo que se manifestó pesaroso. Aunque se ha avanzado mucho desde entonces en la interpretación de los sueños, el contenido básico de las teorías de Freud es lo que aún se mantiene.
El que esto escribe quisiera presentar algunos problemas que le parece no se han considerado debidamente.

Freud consideraba que la función primordial de los sueños era la protección del acto de dormir. Gutheil afirma esto diciendo que los estímulos externos e  internos "que normalmente provocarían nuestro despertar, dan lugar a sueños que impiden el despertar completo, aunque sea por un corto tiempo". (1).

Freud considera tres clases de estímulos somáticos: los estímulos sensoriales objetivos provenientes de objetos externos, los estados internos de excitación de los órganos sensoriales, que tienen solamente una realidad subjetiva, y los estímulos corporales que provienen del cuerpo mismo. (2). El demuestra que los estímulos somáticos no ocasionan necesariamente un sueño ni pueden tampoco explicarse los sueños bajo una base somática. No voy a enumerar las muchas evidencias que Freud presenta, pero sólo quiero señalar la necesidad de reconocer a los sueños como dependiendo en segunda instancia de los estímulos somáticos.

La parte que corresponde al sueño como protector del acto de dormir deba ser muy leve, si es que en verdad tiene alguna, al decir del propio Freud, quien señaló que "los estímulos externos no me obligan a soñar, ni aun cuando esos estímulos aparezcan en el contenido del sueño cuando empiezo a soñar". (3). Más adelante muestra que, aunque sueñe, puede haber varias reacciones a ese estímulo, tal como la ignorancia del estímulo, su reconocimiento pero su oposición a despertar, el despertar directo o bien envolviéndose de nuevo en un sueño. Establece que esas reacciones no serían posibles si el incentivo para soñar no estuviese fuera de las fuentes somáticas del sueño. Puede agregarse también que cuando esos estímulos se incorporan a un sueño se magnifican y distorsionan grandemente, pudiendo resultar una terrorífica pesadilla en que la persona puede despertar horrorizada. Por consiguiente, de la propia evidencia de Freud, podemos inquirir si los así llamados sueños somáticos tienen en verdad alguna función protectora para el dormir.
Ernest Jones ilustra este punto diciendo: "Las pesadillas no libertan energía concentrada, sino que provocan una respuesta emocional" (4).
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(1)  Emil A. Gutheil: "Manual da Análisis de los Sueños".
(2)  Escritos Básicos de Sigmund Freud.
(3)  Id.          .
(4)  Ernest Jones: "Pesadillas, brujas y demonios".


 Las pesadillas están íntimamente relacionadas con los estados somáticos desde que tienen lugar con más frecuencia en casos de indigestión, cuando se descansa boca arriba y cuando hay malestar físico. Hay otros factores que distinguen las pesadillas, y los sueños somáticos, de lo que llamamos sueños psíquicos por falta de mejor denominación. Los primeros pueden ocurrir durante el sueño más profundo y más a menudo en las primeras dos o írss horas de sueño, mientras que los últimos suceden al despertar.

De lo expuesto puede establecerse que existe más de un tipo de sueño, uno de los cuales es el sueña somático y, éste, no llena el fin de proteger el acto de dormir.

Ahora llevemos nuestra atención a esos sueños en que generalmente pensamos cuando nos referimos a .los sueños, el tipo que parece ser la función de la psi-quis o mente subconsciente. Si esos sueños ocurren en el proceso del despertar, este solo, hecho sería suficiente para desechar el propósito protector de los sueños con relación al acto de dormir. El propósito de los sueños no se ha establecido aún, y el postulado de que los sueños ocurren como un proceso previo al despertar .es una hipótesis que deseo discutir.
Es un concepto común el de que los sueños tienen lugar durante los últimos momentos, del dormir. Renneker ejemplifica este punto de vista con un caso en el que los sueños de un sujeto terminan cuando suena su despertador. La correlación de los sucesos en el sueño lo llevaría hasta donde la campanilla encajaría razonablemente en el tema del sueño. Renneker explica el caso diciendo que "el sentido del tiempo, en el sueño, capacitó al sujeto a llevar el desarrollo del sueño hasta permitirle la más directa, satisfactoria y menos artificial expresión de los deseos latentes en el sueño, en el punto de dormir cuando intuitivamente sabía que estaba comparativamente a cubierto de todo peligro" (Richard Renneker: "Dream Ticuna"). Continúa indicando un elemento en que el durmiente anticipa cuándo el despertador va a sonar, para explicar su hipótesis.

Tal teoría implicaría, o bien que el durmiente posee una visión clarividente para saber cuando el reloj va a sonar, o bien se necesitaría una exactitud infalible en el reloj para llevar la exactitud con el sentido intuitivo del tiempo, en sí mismo.

No sé si a Renneker le agradaría tragarse esto. Gutheil establece un punto vista que puede tener algún valor aquí:

"En el dormir profundo estamos inconscientes” no existe el ego, ni el pensamiento, ni el sueño.  Al   despertar, no nos sentimos enteramente conscientes al principio, pero la conciencia  se  despierta  poco a poco. Cuanto más próximo al despertar se tenga un sueño, tanto menos distorsionado será su contenido". ("Manual Analítico de los Sueños", GutheiL páginap 38).
Este autor ubica al sueño más cerca del estado próximo al despertar, en verdad, probablemente en el proceso del despertar. Las objeciones a su primera declaración se discutirán luego.
Desde que es el cerebro el que duerme, no cabe esperar que puedan registrarse, impresiones en tal estado de actividad decreciente. Por consiguiente, es mi teoría que el sueño tiene lugar en aquel intervalo del despertar en que la actividad cortical aumenta lo suficiente para permitir que la conciencia pueda manifestarse en parte, por su intermedio, pero antes de que la conciencia que despierta haya tomado el control suficiente para intervenir en la recepción del sueño.

Si uno observa el proceso de dormir; puede notar ciertos fenómenos. Mientras el cuerpo se relaja, la conciencia física parece retraerse dentro del área cerebral. Aunque la persona no se sienta bombardeada por los estímulos sensoriales de su cuerpo, se encuentra todavía muy activa mentalmente. Sus pensamientos se vuelven menos concretos y menos dirigidos por su conciencia despierta. A medida que el cerebro va perdiendo control de la conciencia, aparece lo que bien podría llamarse el vuelo de los pensamientos. Los pensamientos no son torpes, lentos o debilitados, sino que se aceleran con ele-"vada actividad. Parece como que hubiera una liberación de pensamientos en aparentes reinos de fantasía. ¿Quién, puede decir que no hay pensamiento, sueño o ego mientras duerme la conciencia física del hombre? ¿Podemos negar la existencia de algo sólo porque dejemos de percibirlo?

Tenemos un ejemplo similar cuando se pierde la conciencia al morir. La personas que han vuelto a la vida después de ahogarse, etc., relatan una experiencia no distinta del caer dormido. Sin embargo, en el proceso de perder contacto con el mundo físico, la persona experimenta lo que podríamos apropiadamente llamar una "revista", en la cual toda su vida parece presentársele como una película. El sujeto ve la experiencia de su vida en retrospección, sus éxitos, sus fracasos, sus alegrías, sus dolores, todos vistos en su totalidad como si se quisiese impartir la sabiduría de esa vida al viajero que parte. Después de considerar tales experiencias uno queda con el pensamiento de que el alma tiene una existencia de por sí y de que el cuerpo no es su habitación.

He notado en ocasiones, durante un sueño, o al término de él, que he estado consciente de mi sueño y en ciertas oportunidades hasta he podido dirigir mis sueños en cierto modo o interrumpirlos. Sin embargo, soy completamente incapaz de hacer cualquier movimiento voluntario; hago un esfuerzo para mover mi brazo, etc., pero no obtengo respuesta. Sin embargo, el sistema nervioso automático —está funcionando simultáneamente, porque mis experiencias emocionales en los sueños se manifiestan por medio del cuerpo. El cuerpo puede reflejar el estado de temor dramáticamente. O bien el asiento de la expresión consciente se halla en los centros cerebrales inferiores (el autonómico, o permanece en el cuerpo, durante el sueño, controlando las funciones básicas del cuerpo.)

Sin tener en cuenta el punto de vista que uno quiera sustentar acerca de los sueños, debe convenirse por cierto que la actividad mental tiene lugar aun cuando el cerebro duerma. Más bien que pretender que este drama de la mente se limita a unos pocos segundos antes del despertar, es más indicado concebir que la actividad en la que estamos soñando tiene lugar mientras se duerme y ocurre entonces que al despertar, el cerebro percibe un rápido vislumbre de la vida nocturna de la mente o de la conciencia superior. Debe establecerse aquí, que el cuerpo emocional parece tomar parte en esta actividad nocturna con lo que parece ser una entidad capaz de funcionar fuera del cuerpo físico. Durante el sueño, el cuerpo emocional, no está más bajo el control de la conciencia física, expresándose, así, como su verdadero ser. Mientras que en estado de vigilia la persona puede ejercer control sobre los elementos emocionales, en el sueño no puede hacerlo.

Wolff hace a este respecto una interesante observación, cuando dice: "En los sueños, el tiempo y el espacio pueden alterarse, aún cuando en la mayoría de los sueños, el tiempo y el espacio, dentro de una escena, tienden a la coherencia" (Werner Wolff "El Espejo de los sueños de la conciencia"). Parecería que uno de los aspectos confusos de los sueños está constituido por las impresiones múltiples condensadas en unos pocos momentos de conciencia. Esto puede atribuirse a que la mente pasa por muchas experiencias durante un tiempo considerable en el sueño y entonces, al despertar, todas esas experiencias se descargan en la conciencia física. Estas impresiones, tomadas individualmente, serían coherentes, pero cuando se condensan en el breve instante del despertar, el cerebro no puede asimilarlas de una manera ordenada.

Otro punto que vale la pena considerar aquí es la propiedad de la conciencia superior para pensar y expresarse mediante símbolos cuando se libera de las Limitaciones de lo físico; es decir, lo que requiere muchas palabras para expresarse mediante la conciencia física, puede expresarse en una sola imagen simbólica mediante esta conciencia superior. Ahora bien, cuando el cerebro recibe tal impresión, puede necesitar una traducción ya qué la conciencia no está familiarizada con los procesos de la conciencia superior. Mi teoría es que los símbolos no sirven para el propósito de disfrazar las actividades del Subconsciente para el durmiente o el psiquiatra, sino que es el proceso normal de la mente. El pensamiento simbólico es el pensamiento economizado. Es embarazoso pensar con palabras y una persona que se limita a: pensar en palabras, se limita también en el pensamiento. Cuando más inteligente es un hombre, menos piensa en palabras y más en símbolos e Ideas. No puede pensarse abstractamente con palabras. Esto es, en parte, la razón por la que me refiero a esta mente como "la conciencia superior", porque parece encontrarse en un plano superior a la conciencia física.

Quizás resultaría más claro definir alguno de los términos precedentes. Estimo que puede decirse sin temores que la mente consciente, en psicología es sinónimo con lo que yo denomino conciencia "física" o de "vigilia"; es la mente objetiva, actúa con el presente. Cuando dormimos, duerme. Es el analista, el comparador, el razonador. Actúa como centinela o guardián en el umbral de la mente subconsciente. Si uno desea referirse a un censor, es a esta mente, entonces a que se hace la referencia. Lo que yo considero como conciencia superior o mente, es probablemente similar a lo que comúnmente se hace referencia como la mente subconsciente; aun cuando la expresión mente supraconsciente estaría mejor empleada. Esta es la mente subjetiva. Jamás duerme, jamás olvida. Ni razona ni juzga, acepta como verdad todo lo que la mente consciente le dice. Esto es evidente en un estado hipnótico en el cual la mente consciente está a la expectativa y el sujeto puede responder a la sugestión sin objeción alguna. Tiene, también, el poder de llevar a cabo los mandatos de la mente consciente. De suerte que la mente consciente es como el capitán del navio; él dirige sus operaciones, mientras que en la bodega del barco existe una fuerza que hace andar el barco por el agua; éste es la mente subconsciente.

Creo que Wolff se aproximó mucho a la verdad cuando declaró: "Mientras que Freud considera que es un censor del sueño el que distorsiona las imágenes oníricas de modo que no signifiquen lo que representen, quebrantando el pensamiento y la expresión, mi opinión es que el sueño no es un separador sino un sintetizador de los pensamientos. En esta síntesis onérica la realidad y la imaginación las experiencias pasadas y presentes y lea futuras esperanzas se goman en una unidad. El sueño ser la expresión de la unidad de la Bonalldad." (W. Wolff, obra citada).
Ahora bien, me parece que la mente no es algo que va de la conciencia a pre-conciencia y de ahí a la inconsciencia, sino que es nuestra apreciación del la conciencia una lo que varía. La parte de la conciencia que depende del cerebro físico es la conciencia física y es la que se manifiesta por medio del cerebro; físico. La conciencia física es simplemente un reflejo de la conciencia una y no la; conciencia misma. No puedo concebir que algo existe y luego deje de existir durante el sueño, para volver a ser nuevamente creada al despertar. Lo que deja de existir, nunca existió y lo que es, nunca deja de ser, ya sea en el sueño o en la muerte. Por consiguiente es la conciencia superior la que tiene una existencia propia y no la conciencia física.

Creo que la mala interpretación surge de la incapacidad (o mala voluntad) del, hombre para trascender   en   su  pensamiento su propio egoísmo. El hombre ve" el mundo en relación a sí mismo. Todavía mantiene el concepto infantil de que el mundo se desenvuelve en tomo suyo y lo que él erróneamente cree que, es el mismo, es lo absoluto y la realidad de sus experiencias varían según la compatibilidad que existe con lo que piensa de sí mismo. Por esta causa la teoría heliocéntrica tardó tanto en ser aceptada por la mente occidental; el hombre todavía quería creer que él era el centro del universo. El hombre no tiene conciencia de sí mismo durante el sueño; por  consiguiente lo llamaría falta de conciencia, inconsciencia o  no-conciencia.  Mientras el hombre piense en su ser físico como que fuese el verdadero yo, nunca descubrirá los secretos de su mente o su yo  verdadero.

Se conoce demasiado  acerca  de la mente  para  reducirla a una manifiesta función del cerebro; y reducir los sueños "post-descargas" sinópticas, como querrían los materialistas, es desdeñar demasiados factores conocidos que no se explican por tales medios. Hasta los Gestallistas han fracasado para dar una respuesta aceptable. Quieren hacemos creer que 2 más 2 son 5, 10 o algo más de lo que puede derivarse por las leyes matemáticas. Me parecería que su error no está en el resultado, sino en su olvido de sumar todas las partes componentes.

La fisiología puede tener autoridad en lo referente a la acción refleja y otros movimientos automáticos basados en la electroquímica, pero es incapaz de explicar la acción voluntaria sobre tal base. Es la voluntad o el pensamiento lo que inicia el estímulo que da como resultado la acción voluntaria. ¿Podría la voluntad ser el producto de la actividad del cerebro físico y no obstante ser el dueño de su creador?
No me sentiría satisfecho si abandonara el tema sin mencionar lo que se refiere a sueños admonitorios, sueños telepáticos, sueños proféticos y sueños iluminatorios. Existen volúmenes sobre tales temas en todas las civilizaciones desde incontables edades. Todas estas experiencias han sido ahogadas en el mar de la burla. Pero la mofa no prueba nada, la Historia ha demostrado bien que el fanatismo de los hombres de ciencia solo ha sido, sobrepasado por el clero. La comprensión de un hombre nunca excederá la limitación de su intolerancia.

A menudo he oído a personas, refiriéndose a algún fenómeno, decir algo por el estilo de ésto: "¡Es imposible! ¡Nunca oí antes una cosa semejante!" Pero existen en este mundo mucho más cosas de las cuales no he oído hablar que de las que he oído. Por lo tanto, mal podría sentirme calificado para negar la experiencia de otro sobre la base que ello no está deacuerdo con las limitadas experiencias de mi propia vida. Los libros en el mundo de la literatura científica y ocultista son innumerables. No pienso que nadie, a pesar del número de títulos qus pueda agregar a su nombre, tiene dere-cho a juzgar un tema hasta que haya estudiado adecuadamente los datos obtenibles, con una mente imparcial. Cuando ésto se haga, que los materialistas expliquen los resultados sobre la base de post-descargas sinópticas.

Los que quieren buscar la verdad, deben buscarla en su propio medio. No vendrá hacia nosotros. Las verdades de la mente se encuentran en el mundo mental y no en el físico. Miremos allá.
Voltaire sintetizó el problema cuando escribió (en su Diccionario Filosófico):
"Cualquier teoría que adoptéis, cualquier esfuerzo vano que hagáis, es vuestra memoria que mueve vuestro cerebro y vuestro cerebro mueve vuestra alma; debéis admitir que todas vuestras ideas os llegan en el sueño, independientemente de vosotros y a pesar de vosotros".



Luis J. Marx


 

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