En este capítulo estudiamos
especialmente dos temas muy importantes: el primero es el estudio del fuego
espiritual de la columna vertebral, y el segundo se refiere a la cuarta
dimensión aplicada a la constitución invisible del hombre.
La mente del hombre es un organismo
muy sutil: mucho más impresionable de lo que mucha gente cree. Lo que el hombre
come influye sobre su pensamiento. La cantidad de luz solar que lo rodea en el
mundo físico tiene mucho que ver con la cantidad de luz solar que posee su
alma. Si ud. desea funcionar adecuadamente, si ud. pretende alcanzar
pensamientos bien estructurados, es necesario que ud. se alimente con comidas
adecuadamente preparadas. Las incomodidades físicas ejercen influencias sobre
la mente.
La intranquilidad en política, economía y religión, se deben en gran
parte a la intranquilidad de nuestros sistemas físicos, resultantes de
modalidades antinaturales de existencia, modalidades frente a las cuales el
mundo Occidental es un esclavo. Debemos conservar la energía de cualquier
manera, si es que aspiramos a que esta energía nos sirva para lograr cualquier
fin particular. Si ud. desperdicia el combustible vital insensatamente, no
podrá emplearlo en trabajos mentales superiores.
Nuestras energías vitales
proceden de la comida, del aire, del agua, del sol, de la luna y de las
estrellas, y de la tierra. El baso refina esta energía y la distribuye como
sustancia vital del cuerpo. Es esta energía vital, llamada, Hiram Abif en
Masonería, sin duda, el Salvador muerto por el pecado del mundo. El desarrollo
espiritual del hombre se obtiene orientando cuidadosa y prudentemente esta
energía vital, que sube a través de ciertos canales internos que rodean la
columna vertebral. Al llegar al cerebro, esta energía vitaliza las facultades
del pensamiento superior y de la superconciencia, proporcionándole al hombre
aquel vigor mental superior que siempre distingue al filósofo del irreflexivo.
La columna vertebral, entre otras
funciones, es el canal por el que asciende el fuego espiritual. La columna
vertebral se divide transversalmente, en cuatro secciones, cuatro diminutas
aperturas que la cierran, como los engarces de una caña de bambú. En la persona
normal, estas aperturas están cerradas impidiendo así que las energías vitales
fluyan libremente entre los extremos superior e inferior de la columna
vertebral. La forma particular de la sustancia vital que actúa a través de la
columna vertebral se llama Energía Serpentina. Es la broncínea serpiente
encontrada por Moisés en el desierto, y su símbolo es el cetro serpentino de
los Misterios. Se le enseña al discípulo el proceso por medio del cual se
despierta esta serpiente de su sueño en la caverna y se la obliga a subir por
la columna vertebral como una bola de fuego.
Esto puede provocar en el
discípulo una sensación de gran calor, que algunas veces produce una grave
incomodidad. A medida que este fuego pasa por la columna vertebral, abraza las
puertas que cierran los segmentos, y forma protecciones contra la
desvitalización de las energías mentales. En el discípulo, esta energía puede
ser vista mientras sube por la columna vertebral, con brillo de luz, que
finalmente sobresale de la coronilla de la cabeza en forma de una larga saeta
en forma de lápiz. Al final este fuego, abrazando la cuarta puerta, penetra en
el cerebro mismo, como llama consumidora. Aquí, o bien se une a las facultades
mentales superiores, si ellas han sido entrenadas para recibirlo, o bien, quema
todo el cerebro, dejando solamente cenizas espirituales, y dando por resultado
el trastorno mental absoluto del discípulo. Lo peor de esto es que no existe
cura conocida para este tipo particular de trastorno. Lo que ha sido
completamente destruido no puede reconstituirse.
En las edades pasadas, el hombre era
andrógino. Reproducía su especie por medio de la fisión celular. Se dividía en
partes y cada una de éstas se desarrollaba hasta alcanzar la proporción de la
unidad original. Lentamente, el hombre desarrolló su actual forma humana, y aún
entonces generaba su estirpe, partir de si mismo. Ambos polos del circuito
creador se unen en el sistema generativo, y la nueva forma surgió en el punto
de coincidencia entre ambos polos. Fue Lucifer quien transformó uno de los
polos de esta energía creadora para dar nacimiento a la mente. Por lo tanto, él
proporcionó al hombre el conocimiento del bien y del mal. Con dicho
conocimiento sobrevino la responsabilidad, y gracias a este nuevo poder que lo
convirtió en un dios, el hombre instauró el pecado y la muerte en su propio mundo.
El hombre ya no fue más una unidad que se autocreaba, pues ahora solamente
quedó uno de los polos del sistema generativo.
Este derivó en lo que
actualmente se llama la división de las especies.
La naturaleza solucionó el
nuevo problema estableciendo el sexo. Este se obtuvo cambiando los polos
alternados en el cerebro. En algunos seres el polo positivo se dio vuelta hacia
arriba y el negativo hacia abajo; en otros seres el polo negativo fue vuelto
hacia arriba y el polo positivo hacia abajo; de esta manera se crearon lo
masculino y lo femenino en la naturaleza de la personalidad.
Las escuelas de Misterio afirman que
el hombre debe alcanzar el segundo polo del circuito vital desde lo generativo,
para unirse a la parte que ya ha sido elevada. Cuando esto se logra, el hombre
vuelve otra vez a ser una unidad completa de autocreación, ya no más a través
de los centros animales inferiores, sino a través de la laringe y de un grupo
de nuevos órganos, que aún en la actualidad se están formando en la garganta.
Es esto lo que se quiere decir cuando se afirma que el hombre se creará a
través de la palabra hablada.
El secreto de cómo lograr este poder fue primero
revelado al hombre, y los Misterios referentes a este gran secreto se
establecieron primariamente en la cuarta subraza de los Atlantes. El
conocimiento de esto se ocultó bajo el símbolo de la serpiente, y quienes
alzaron la serpiente broncínea en el desierto obtuvieron vida inmortal.
Volvamos ahora al tema analizado en el
segundo párrafo de este capítulo.
La diosa Kundalini (el fuego de la columna
vertebral) sube retorciéndose hasta el cerebro, como resultado de determinadas
formas de concentración, pero desgraciado del discípulo que no se prepara
primero para soportar su llegada. Debe purificar su cuerpo de todos los
elementos toscos; debe limpiar su mente de todos los pensamientos impuros; debe
ser incapaz de odio, debe ser equilibrado, armonioso y regenerado en mente y
cuerpo antes de poder permitir que la diosa Kundalini
se alce.
DEBEN SER OBEDECIDAS LAS LEYES DE LA NATURALEZA ANTES DE QUE EL
DISCÍPULO PUEDA DESARROLLAR SIN PELIGRO CUALQUIER FACULTAD ESPIRITUAL. Si la
naturaleza humana ha alcanzado un cierto grado de purificación, el fuego de la
columna vertebral completa su comprensión, pero si la naturaleza no ha llegado
a esta situación, el fuego lo quemará. EL HOMBRE DE CORAZÓN PURO ENCUENTRA QUE
ESTE PODER ES UNA LUZ EN LA OSCURIDAD Y UN PODER DE ILUMINACIÓN PERO PARA EL
PERVERSO Y EL IMPURO ES UN FUEGO CONSUMIDOR.
Aquí analizaremos, brevemente, el
problema del celibato. Antes de que se le revelen los grandes secretos todo
discípulo debe hacer voto de celibato. Esto no solamente responde al propósito
de separar al individuo del mundo, sino que es el resultado de determinados
cambios que se producen en el candidato. Hay muchas nociones sexuales
peligrosas tal como se las enseña en nuestra época; éstas resultan dañinas para
el cuerpo y fatales para el cultivo espiritual del ser humano. Las dos razones
por las cuales el celibato es exigido al iniciado son:
1.) Al destruir el fuego
espiritual las puertas que separan el sistema generativo del cerebro, hace que
estos dos centros se conecten por medio de un tubo hueco. Después de esto,
cualquier uso de la fuerza vital, en el sistema inferior destruirá el cerebro.
2.) A menudo la gente dice: "He ahí a un alma grande; qué felices serían
los niños que lo tuvieran por padre". La gente que esto dice no comprende
que si bien el iniciado puede ser un maravilloso compañero y maestro, no podría
proporcionar al ego que está por llegar, un cuerpo físico apropiado. El
iniciado ha provocado el ascenso de la serpiente hasta el cerebro, por lo
tanto, ya no puede dar a la diminuta vida su adecuado derecho de nacimiento. Es
muy frecuente encontrar que los hijos de grandes almas intelectuales están
deformados mental o físicamente. Esto se debe a que todas las energías vitales
de sus padres fueron puestas al servicio de búsquedas intelectuales.
Sería imprudente e impracticable
obligar a todo el mundo al celibato. En realidad, muchos logran mejores
resultados si llevan vidas simples y normales; pero cuando el discípulo
comienza a cultivar estos poderes místicos, deja de ser normal en el sentido
corriente de la palabra, está en el mundo, pero ya no está en él. Desgraciado del que pretende retornar
a la materialidad que ha dejado atrás.
Desarrollaremos ahora la segunda parte
de este capítulo, a saber, la cuarta dimensión en su relación con la conciencia
del individuo.
Se nos dice que cada uno de los reinos
de la Naturaleza desarrolla una de las dimensiones. Las relaciones son las
siguientes:
Mineral - no funciona en dimensión
alguna.
Vegetal - funciona en una dimensión.
Animal - funciona en dos dimensiones.
Hombre - funciona en tres dimensiones.
Dios - funciona en cuatro dimensiones.
Aquí entendemos por Dios el grupo de
todos los poderes superfísicos de la Naturaleza. Hay otras dimensiones más allá
de la cuarta, pero están fuera del área de nuestra comprensión, por lo tanto,
las agrupamos y estudiamos como una unidad.
Se nos dice que la cuarta dimensión
puede entenderse desplegando un cubo en sus seis pirámides de manera que cada
una de las seis superficies del cubo se convierta en la base de una de las
pirámides. Las seis pirámides enfrentan el centro del cubo y sus seis vértices
se encuentran en el centro exacto. Ahora bien, si ud. puede imaginarse a si
mismo de pie en el centro donde los vértices se encuentran, mirando al mismo
tiempo a las seis pirámides, entonces, ud. estará mirando al cubo con el
sentido de la cuarta dimensión.
La paciencia, la caridad, la
consideración, son realmente enfoques mentales de cuarta dimensión, porque
indican una comprensión del trabajo interno de las almas de otra gente. Ud. ha
contemplado la perspectiva de sus semejantes, cuando emplea paciencia, caridad
y consideración, ud. sélo puede hacerlo a través de una facultad
superdimensional.
La cuarta dimensión mide la relación
de la forma con su propia fuente de vida. Lo que viaje hacia la fuente de si
mismo, debe hacerlo en un camino de cuarta dimensión, con el punto central
hacia el centro de si mismo.
UN CONCEPTO DE
NIRVANA:
EL CIELO DE LA
CUARTA DIMENSION
Las relaciones entre cielo y tierra
suprimen las relaciones y dimensiones que los hombres han establecido para
medir el universo material. El cielo no se encuentra en ningún lugar particular
vinculado con el mundo físico. En Oriente, el plano Nirvánico es definido como
la envoltura más externa del sistema planetario; es el vínculo que conecta a
los planetas entre si, y, además, un
vínculo entre los planetas y el sol. Aquellos que han alcanzado el final de sus
encarnaciones planetarias descansan en Nirvana hasta la disolución del planeta
en el día último de la manifestación. Está lejos de ser el final del destino
errante del hombre, pero es el final de él tal como lo entendemos aquí, en el
mundo material. Cuando el adepto iluminado entra en Nirvana, desaparece y
aparentemente deja de vivir; pero en realidad él simplemente cambia su
personalidad a favor de un vehículo superior de actividad.
Cuando el alma alcanza la culminación
de su destino al penetrar Nirvana, no abandona este mundo; en realidad se
vuelve más profundo de lo que era antes. Al abandonar a sus discípulos
Jesucristo dijo: "Mirad, estoy con ustedes siempre, aun en el final del
mundo". En principio todas las cosas son una, pero están separadas entre
si por los límites le la personalidad. Cuando desaparecen los muros de la
personalidad, nuevamente el individuo se convierte en parte del todo. Por eso
se dice en otro lugar: "Jesucristo en vosotros, es la esperanza de
gloria".
Al penetrar Nirvana, el alma deja su
propia personalidad y se convierte en parte de la personalidad del todo. Las
cualidades que éste emana son entonces obligadas a desarrollarse en la
naturaleza de todos los seres que poseen un cuerpo Nirvánico. El que penetra en
Nirvana es todavía consciente, todavía es una individualidad en el mismo
sentido en que Dios es un individuo. Su espíritu se abre para convertirse en
los espíritus de todas las cosas vivientes del universo, pero todavía es Uno; y
en menor sentido, en Nirvana la conciencia del gran iniciado se difunde a
través de todo el plano Nirvánico donde se manifiesta como impulsos en las
almas de incontables criaturas, aunque todavía sea consciente. Pero en lugar de
poseer un cuerpo tal como el que nosotros vemos, el suyo es todos los cuerpos a
la vez, pues el Uno liberado continua su evolución y progreso en los corazones
y almas de sus semejantes.
Un alma que esta a punto de retirarse
de la rueda de nacimiento y muerte, viene por última vez como salvador del
mundo, y predica su más elevado sermón, revelando al mundo físico la suma total
de la sabiduría por él conquistada al lograr esa posición superior. Es el suyo
el canto del cisne. Luego se retira al alma de todas las cosas. Ya no puede
regresar excepto a través de las almas y actos de sus discípulos. La
experiencia que este hombre ha conquistado durante su peregrinaje se quiebra y
alimenta al ignorante y entonces, libre de la pasión, el alma se retira detrás
del velo de Maya. Deja ya de poseer una lengua, pues todas las lenguas son las
suyas; deja de poseer una personalidad pues él se manifiesta a través de todas
las personalidades. Este es uno de los pasos que el adepto debe cumplir en el
camino hacia la posición de dios solar. El área de su conciencia va en continuo
aumento hasta incluir toda la vida, toda la conciencia, toda la inteligencia y
la forma. Tal es el concepto de la cuarta dimensión de Nirvana.
Manly Palmer Hall
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