viernes, 14 de agosto de 2015

Conversaciones sobre Ocultismo


                                                                         
H.PBlavatsky

ELEMENTALES

ESTUDIANTE: En nuestra última conversación usted se refirió a la custodia de tesoros enterrados por elementales. Me gustaría mucho saber algo más sobre el tema, no cómo
encontrarlo o procurar obtener el tesoro, sino sobre el tema en general.

SABIO: Las leyes que gobiernan el escondite de tesoros enterrados son las mismas que rigen a los objetos perdidos. Cada persona tiene alrededor suyo un fluido o plano o esfera o energía, como quiera llamarlo, en donde se encuentran constantemente elementales que participan de su naturaleza. Es decir están teñidos con su color e influenciados por su carácter. Existen numerosas clases de éstos. Algunos hombres tienen mucho de una clase o de todas o muchas de algunos y pocas de otros. Cualquier ropa u objeto usado por una persona, está conectado con sus elementales. Por ejemplo, usted usa ropa de lana o lino o tiene pequeños objetos de madera, hueso, bronce, oro, plata u otros materiales.

 Cada uno de éstos tiene ciertas relaciones magnéticas peculiares a los mismos, y todos ellos están impregnados en mayor o menor grado con su magnetismo, así como con su fluido nervioso. Algunos, a causa de su substancia no retienen por largo tiempo este fluido, mientras otros sí lo hacen.

Los elementales están conectados, cada clase con su substancia, con aquellos objetos por medio del fluido magnético y actúan sobre la mente y deseos a un grado mayor que lo que usted sepa y de una manera que no puede ser explicada en cualquier idioma.

Sus deseos tienen una presa poderosa, por decirlo así, sobre ciertas cosas y una influencia más débil sobre otras; cuando uno de estos objetos se cae repentinamente, es invariablemente seguido por elemen-tales. Se arrojan sobre él y puede decirse que van con los objetos
por atracción más bien que de vista. En muchos casos ellos envuelven completamente el objeto, de manera que aunque esté cerca de la mano no pueden ser vistos por el ojo humano. Pero luego de un rato el magnetismo se agota y su poder para recubrir el objeto se debilita, después de lo cual, éste aparece a la vista. Esto no sucede en cada caso, pero es una ocurrencia diaria y es suficientemente obvio a muchas personas que se sienten removidas en el reino de la fábula. Un autor literario ha escrito un ensayo sobre esta misma experiencia, sobre la cual, aunque tratada con una vena humorística dice, inconscientemente muchas verdades. El título de esta obra, era, si no me equivoco “Acerca de la perversidad innata de los objetos inanimados”. Existe tan exacto equilibrio de fuerzas en estos casos que se debe ser cuidadoso en las generalidades.

Uno puede preguntarse por ejemplo, ¿por qué cuando se cae un saco, rara vez desaparece de la vista. Bien, hay casos en los cuales aun los objetos grandes se “esconden”, pero no es lo común. Un saco está lleno de su magnetismo y los elementales pueden sentirlo en él, tanto como cuando lo tiene puesto. Para ellos no puede haber perturbaciones de las relaciones, ya sean magnéticas o de otro modo.
 A menudo, en el caso de un objeto pequeño no invisible al equilibrio de las fuerzas, debido a muchas causas que tienen que ver con su estado en ese momento impiden el “escondite”. Para decidir en cualquier caso en particular, uno tendría que ver la región donde la operación de estas leyes está escondida y calcular todas las fuerzas, de modo de decir por qué sucedió de un modo y no de otro.

ESTUDIANTE: Tomemos el caso de un hombre que estando en posesión de un tesoro, lo esconde en la tierra y se va lejos y muere y el tesoro no se encuentra. En ese caso los elementales no lo escondieron, también está el caso de un avaro que entierra su oro y joyas.

¿Qué dice usted de esto?

SABIO: En todos los casos, cuando un hombre entierra oro, joyas o dinero u objetos preciosos, sus deseos están ligados a lo que esconde. Muchos de sus elementales se adhieren al objeto y también otras clases de éstos que no tienen nada que ver con la persona, se juntan y lo mantienen escondido. Está el caso del capitán de un barco que contiene un tesoro, las influencias son muy poderosas porque allí los elementales se unen con todas las personas relacionadas con el tesoro y el mismo capitán tiene un gran cuidado por lo que se ha confiado a su responsabilidad.

 Debe también recordar que el oro y la plata o los metales tienen relación con los elementales que tienen un carácter fuerte y peculiar. Ellos no se rigen por una ley humana y la ley natural no le asigna al hombre ninguna propiedad en metales, ni le reconoce ningún derecho trascendente y peculiar para retener lo que el hombre ha extraído de la tierra o adquirido para sí mismo. De aquí que no se encuentre que los elementales estén ansiosos de restituirle el oro o la plata que el hombre hubiere perdido. Si fuéramos a presumir que ellos están ocupados en complacer los deseos de los hombres o en establecer lo que llamamos nuestros derechos sobre la propiedad, podríamos también conceder la existencia de una Providencia caprichosa e irresponsable. Ellos proceden únicamente de acuerdo a la ley de su ser y como ellos no tienen el poder de juzgar, no cometen desatinos y no se van a mover por consideraciones basadas en nuestros derechos investidos o en nuestros deseos insatisfechos.

Por lo tanto, los espíritus que pertenecen a los metales, invariablemente actúan según las leyes que les prescribe su propia naturaleza y una manera de hacerlo así, es evadir los metales de nuestra vista.

ESTUDIANTE: ¿Puede hacer usted una relación de todo esto en el campo de la ética?

SABIO: Hay una cosa muy importante que usted no debe pasar por alto. Cada vez que usted critica ásperamente y sin misericordia la falta de otra persona, usted produce una atracción hacia usted mismo de cierta cantidad de elementales de esa otra persona. Ellos se adhieren a usted y se esfuerzan en encontrar en usted un estado similar o mancha o falta que ha quedado en la otra persona. 

Luego, hay lo que yo ya me he referido en una conversación anterior acerca del efecto de nuestros actos y pensamientos sobre, no sólo la parte de la luz astral que pertenece a cada uno de nosotros con sus elementales, sino sobre todo el mundo astral. Si los hombres vieran los cuadros espantosos impresos allí que están arrojando constantemente sobre nosotros sus insinuaciones para repetir los mismos actos o pensamientos. La luz astral es en este sentido lo mismo que la placa negativa del fotógrafo y nosotros somos el papel sensible debajo, sobre el cual están impresas las escenas. Podemos ver dos clases de cuadros para cada acto. Una es el acto en sí mismo, otra es el cuadro de los pensamientos que animan aquellos comprometidos en él. Por tanto, como puede ver, usted mismo puede ser el responsable por cuadros muchos más terribles que los que podría suponer.

 Porque las acciones de una apariencia externa simple, muy a menudo tienen detrás el peor de los pensamientos y deseos.

ESTUDIANTE: ¿Tienen estas escenas en la luz astral algo que ver con nosotros sobre el ser reencarnado en subsiguientes vidas sobre la tierra?

SABIO: En verdad, tienen mucho que ver. Estamos influenciados por ellos por vastos períodos de tiempo, en esto quizás usted puede encontrar indicios en muchas operaciones de la ley kármica activa, por las cuales usted puede investigar.

ESTUDIANTE: ¿No tiene también algún efecto sobre los animales, y por medio de éstos sobre nosotros y viceversa?

SABIO: Si, el reino animal es afectado por nosotros a través de la luz astral. Hemos impreso en ésta escenas de crueldad, opresión, dominio y matanza. Todo el mundo cristiano admite que el hombre puede sacrificar animales indiscriminadamente con la teoría expresamente promulgada por el clero de tiempos pasados, que los animales no tienen alma. Hasta los niños pequeños aprenden esto y muy pronto comienzan a matar los insectos, pájaros y animales , no para protegerse, sino por juego.

Al crecer el hábito continúa y así vemos que en Inglaterra se matan gran número de pájaros, más allá de lo que se necesite para comer. Es una peculiaridad nacional o mejor dicho un defecto. Esto puede llamarse una ilustración liviana. Si estas personas pudieran apresar elementales tan fácilmente como lo hicieron con los animales, los matarían para divertirse cuando no los quisieran para usarlos y si los elementales rehusaran obedecerles, entonces los matarían como castigo.

Todo esto lo percibe el mundo elemental, sin conciencia, por supuesto; pero bajo las leyes de acción y reacción, recibimos de vuelta de ellos, exactamente aquello que damos.

ESTUDIANTE: Antes de que dejemos el tema, me gustaría referirme nuevamente a la cuestión de los metales y las relaciones del hombre con los elementales conectados con el mundo mineral. Vemos que algunas personas parece que siempre pueden encontrar metales con facilidad o como se dice comúnmente que son afortunados al respecto. ¿Cómo puedo reconciliar esto con la tendencia natural de los elementales a esconderse? ¿Es porque hay una lucha o discordia como si fuera entre diferentes clases pertenecientes a alguna persona?

SABIO: Esta es parte de la explicación. Algunas personas, como dije, tienen más de una clase de elementales adheridos a ellas que otras. Una persona afortunada con los metales, digamos el oro y la plata, tiene a su alrededor más de los elementales conectados con o pertenecientes a los reinos de aquellos metales que otras personas, así hay menos lucha entre los elementales. La preponderancia de los espíritus de los metales hace a la persona más homogénea con sus reinos y existe una atracción natural entre el oro o la plata perdida o enterrada y esa persona, más que en el caso de otra gente.

ESTUDIANTE: ¿Qué lo determina? ¿Se debe a un deseo de oro y plata o es congénito?

SABIO: Es innato. Las combinaciones en cualquier individuo son tan intrincadas y se debe a tantas causas que usted no podría calcular. Retrocede a muchas generaciones y depende de las peculiaridades del suelo, clima, nación, familia y raza. Estas son, como puede ver, enormemente variadas y ahora con los materiales bajo su dominio, bastante más allá de su alcance. El mero deseo de oro y plata no lo hará.

ESTUDIANTE: Opino también que el intento de conseguir aquellos elementales por un fuerte pensamiento no cumplirá ese resultado, ¿o si?



SABIO: No lo hará porque sus pensamientos no les llegan. Los elementales no lo oyen ni lo ven y es solamente por una concentración accidental de fuerzas que gente sin instrucción puede tener influencia sobre ellos. Estos accidentes son sólo posibles en el caso que usted posea una inclinación natural al reino particular cuyos elementos usted ha influenciado.

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