H.PBlavatsky
ELEMENTALES
ESTUDIANTE: En nuestra última conversación
usted se refirió a la custodia de tesoros enterrados por elementales. Me
gustaría mucho saber algo más sobre el tema, no cómo
encontrarlo o procurar obtener el
tesoro, sino sobre el tema en general.
SABIO: Las leyes que
gobiernan el escondite de tesoros enterrados son las mismas que rigen a los
objetos perdidos. Cada persona tiene alrededor suyo un fluido o plano o esfera
o energía, como quiera llamarlo, en donde se encuentran constantemente
elementales que participan de su naturaleza. Es decir están teñidos con su
color e influenciados por su carácter. Existen numerosas clases de éstos.
Algunos hombres tienen mucho de una clase o de todas o muchas de algunos y pocas
de otros. Cualquier ropa u objeto usado por una persona, está conectado con sus
elementales. Por ejemplo, usted usa ropa de lana o lino o tiene pequeños objetos
de madera, hueso, bronce, oro, plata u otros materiales.
Cada uno de éstos tiene ciertas relaciones magnéticas
peculiares a los mismos, y todos ellos están impregnados en mayor o menor grado
con su magnetismo, así como con su fluido nervioso. Algunos, a causa de su
substancia no retienen por largo tiempo este fluido, mientras otros sí lo
hacen.
Los elementales están conectados, cada
clase con su substancia, con aquellos objetos por medio del fluido magnético y
actúan sobre la mente y deseos a un grado mayor que lo que usted sepa y de una manera que no puede
ser explicada en cualquier idioma.
Sus deseos tienen una presa poderosa, por decirlo así, sobre ciertas cosas y una influencia más débil sobre otras; cuando uno de estos objetos se cae repentinamente, es invariablemente seguido por elemen-tales. Se arrojan sobre él y puede decirse que van con los objetos
por atracción más bien que de vista. En
muchos casos ellos envuelven completamente el objeto, de manera que aunque esté
cerca de la mano no pueden ser vistos por el ojo humano. Pero luego de un rato
el magnetismo se agota y su poder para recubrir el objeto se debilita, después de lo cual, éste aparece a la vista.
Esto no sucede en cada caso, pero es una ocurrencia diaria y es suficientemente
obvio a muchas personas que se sienten removidas en el reino de la fábula. Un
autor literario ha escrito un ensayo sobre esta misma experiencia, sobre la cual, aunque tratada con una vena
humorística dice, inconscientemente muchas verdades. El título de esta obra,
era, si no me equivoco “Acerca de la perversidad innata de los objetos inanimados”.
Existe tan exacto equilibrio de fuerzas en estos casos que se debe ser cuidadoso
en las generalidades.
Uno puede preguntarse por ejemplo,
¿por qué cuando se cae un saco, rara vez desaparece de la vista. Bien, hay casos
en los cuales aun los objetos grandes se “esconden”, pero no es lo común. Un saco
está lleno de su magnetismo y los elementales pueden sentirlo en él, tanto como
cuando lo tiene puesto. Para ellos no puede haber perturbaciones de las relaciones,
ya sean magnéticas o de otro modo.
A menudo, en el caso de un objeto pequeño no invisible al equilibrio de las fuerzas, debido a muchas causas que tienen que ver con su estado en ese momento impiden el “escondite”. Para decidir en cualquier caso en particular, uno tendría que ver la región donde la operación de estas leyes está escondida y calcular todas las fuerzas, de modo de decir por qué sucedió de un modo y no de otro.
A menudo, en el caso de un objeto pequeño no invisible al equilibrio de las fuerzas, debido a muchas causas que tienen que ver con su estado en ese momento impiden el “escondite”. Para decidir en cualquier caso en particular, uno tendría que ver la región donde la operación de estas leyes está escondida y calcular todas las fuerzas, de modo de decir por qué sucedió de un modo y no de otro.
ESTUDIANTE: Tomemos el caso de
un hombre que estando en posesión de un tesoro, lo esconde en la tierra y se
va lejos y muere y el tesoro no se encuentra. En ese caso los elementales no lo escondieron,
también está el caso de un avaro que entierra su oro y joyas.
¿Qué dice usted de esto?
SABIO: En todos los casos,
cuando un hombre entierra oro, joyas o dinero u objetos preciosos, sus deseos
están ligados a lo que esconde. Muchos de sus elementales se adhieren al objeto
y también otras clases de éstos que no tienen nada que ver con la persona, se
juntan y lo mantienen escondido. Está el caso del capitán de un barco que
contiene un tesoro, las influencias son muy poderosas porque allí los elementales
se unen con todas las personas relacionadas con el tesoro y el mismo capitán
tiene un gran cuidado por lo que se ha confiado a su responsabilidad.
Debe
también recordar que el oro y la plata o los metales tienen relación con los
elementales que tienen un carácter fuerte y peculiar. Ellos no se rigen por una
ley humana y la ley natural no le asigna al hombre ninguna propiedad en metales,
ni le reconoce ningún derecho trascendente y peculiar
para retener lo que el hombre ha extraído de la tierra o adquirido para sí
mismo. De aquí que no se encuentre que los elementales estén ansiosos de
restituirle el oro o la plata que el hombre hubiere perdido. Si fuéramos a
presumir que ellos están ocupados en complacer los deseos
de los hombres o en establecer lo que llamamos nuestros derechos sobre la propiedad, podríamos también conceder la existencia de una Providencia caprichosa
e irresponsable. Ellos proceden únicamente de acuerdo a la ley de su ser y como
ellos no tienen el poder de juzgar, no cometen desatinos y no se van a mover
por consideraciones basadas en nuestros derechos investidos o en nuestros
deseos insatisfechos.
Por lo tanto, los espíritus que pertenecen
a los metales, invariablemente actúan según las leyes que les prescribe su
propia naturaleza y una manera de hacerlo así, es evadir los metales de nuestra
vista.
ESTUDIANTE: ¿Puede hacer usted
una relación de todo esto en el campo de la ética?
SABIO: Hay una cosa muy
importante que usted no debe pasar por alto. Cada vez que usted critica
ásperamente y sin misericordia la falta de otra persona, usted produce una
atracción hacia usted mismo de cierta cantidad de elementales de esa otra
persona. Ellos se adhieren a usted y se esfuerzan en encontrar en
usted un estado similar o mancha o falta que ha quedado en la otra persona.
Luego, hay lo que yo ya me he referido
en una conversación anterior acerca del efecto de nuestros actos y pensamientos
sobre, no sólo la parte de la luz astral que pertenece a cada uno de nosotros con
sus elementales, sino sobre todo el mundo astral. Si los hombres vieran los cuadros
espantosos impresos allí que están arrojando constantemente sobre nosotros sus
insinuaciones para repetir los mismos actos o pensamientos. La luz astral es en
este sentido lo mismo que la placa negativa del fotógrafo y nosotros somos el
papel sensible debajo, sobre el cual están impresas las escenas. Podemos ver
dos clases de cuadros para cada acto. Una es el acto en sí mismo, otra es el
cuadro de los pensamientos que animan aquellos comprometidos en él. Por tanto,
como puede ver, usted mismo puede ser el responsable por cuadros muchos más terribles
que los que podría suponer.
Porque las acciones de una apariencia externa
simple, muy a menudo tienen detrás el peor de los pensamientos y deseos.
ESTUDIANTE: ¿Tienen estas
escenas en la luz astral algo que ver con nosotros sobre el ser reencarnado en
subsiguientes vidas sobre la tierra?
SABIO: En verdad, tienen
mucho que ver. Estamos influenciados por ellos por vastos períodos de tiempo,
en esto quizás usted puede encontrar indicios en muchas operaciones de la ley kármica
activa, por las cuales usted puede investigar.
ESTUDIANTE: ¿No tiene también
algún efecto sobre los animales, y por medio de éstos sobre nosotros y
viceversa?
SABIO: Si, el reino animal
es afectado por nosotros a través de la luz astral. Hemos impreso en ésta
escenas de crueldad, opresión, dominio y matanza. Todo el mundo cristiano
admite que el hombre puede sacrificar animales indiscriminadamente
con la teoría expresamente promulgada por el clero de tiempos pasados, que los
animales no tienen alma. Hasta los niños pequeños aprenden esto y muy pronto comienzan
a matar los insectos, pájaros y animales , no para protegerse, sino por juego.
Al crecer el hábito continúa y así
vemos que en Inglaterra se matan gran número de pájaros, más allá de lo
que se necesite para comer. Es una peculiaridad nacional o mejor dicho un defecto.
Esto puede llamarse una ilustración liviana. Si estas personas pudieran apresar
elementales tan fácilmente como lo hicieron con los animales, los matarían para
divertirse cuando no los quisieran para usarlos y si los elementales rehusaran
obedecerles, entonces los matarían como castigo.
Todo esto lo percibe el mundo
elemental, sin conciencia, por supuesto; pero bajo las leyes de acción y
reacción, recibimos de vuelta de ellos, exactamente aquello que damos.
ESTUDIANTE: Antes de que dejemos
el tema, me gustaría referirme nuevamente a la cuestión de los metales y las relaciones
del hombre con los elementales conectados con el mundo mineral. Vemos que
algunas personas parece que siempre pueden encontrar metales con facilidad o como se dice
comúnmente que son afortunados al respecto. ¿Cómo puedo reconciliar esto con la
tendencia natural de los elementales a esconderse? ¿Es porque hay una lucha o discordia
como si fuera entre diferentes clases pertenecientes a alguna persona?
SABIO: Esta es parte de la
explicación. Algunas personas, como dije, tienen más de una clase de
elementales adheridos a ellas que otras. Una persona afortunada con los
metales, digamos el oro y la plata, tiene a su alrededor más de los elementales
conectados con o pertenecientes a los reinos de aquellos metales que otras
personas, así hay menos lucha entre los elementales. La preponderancia de los
espíritus de los metales hace a la persona más homogénea con sus reinos y
existe una atracción natural entre el oro o la plata perdida o enterrada y esa
persona, más que en el caso de otra gente.
ESTUDIANTE: ¿Qué lo determina?
¿Se debe a un deseo de oro y plata o es congénito?
SABIO: Es innato. Las
combinaciones en cualquier individuo son tan intrincadas y se debe a tantas
causas que usted no podría calcular. Retrocede a muchas generaciones y depende
de las peculiaridades del suelo, clima, nación, familia y raza. Estas son, como
puede ver, enormemente variadas y ahora con los materiales bajo su dominio,
bastante más allá de su alcance. El mero deseo de oro y plata no lo hará.
ESTUDIANTE: Opino también que
el intento de conseguir aquellos elementales por un fuerte pensamiento no
cumplirá ese resultado, ¿o si?
SABIO: No lo hará porque
sus pensamientos no les llegan. Los elementales no lo oyen ni lo ven y es solamente
por una concentración accidental de fuerzas que gente sin instrucción puede
tener influencia sobre ellos. Estos accidentes son sólo posibles en el caso que
usted posea una inclinación natural al reino particular cuyos elementos usted
ha influenciado.
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