Por Cecil A. Poole, F.R.C.
En los años que he estado asociado con la
Orden Rosacruz, sé de pocas cosas que me irriten más que una referencia a la
Orden (sea por escrito o en forma verbal) como un culto. El Estado de
California, especialmente la parte sur, se ha hecho conocer como un área donde
existen muchos cultos, y como residente en este Estado deseo decir que también
resiento ese concepto hasta cierto grado, pese a que no carece completamente
de fundamento.
Estos dos resentimientos hace poco me
hicieron acudir a un diccionario, de manera de conseguir una información acerca
de la palabra culto y encontrar exactamente cómo se la definía de
acuerdo con una fuente autorizada. Estaba con curiosidad debido a mi propia
reacción al uso de la palabra. Quería saber por qué me encuentro resintiendo el
hecho de que cualquier cosa con la cual esté asociado sea de cualquier manera
clasificada como un culto.
Para un individuo que examine la palabra culto
desde el punto de vista de la derivación o significado de la misma, la
tendencia sería relacionarla con la palabra cultura, en vista de que cultura
está compuesta de letras, las primeras cuatro, que se encuentran en la
palabra culto.
Este concepto tiene fundamento, ya que un
diccionario autorizado primero que nada me dice que las palabras culto y
cultura son derivadas de una palabra de origen latino que significa arar
o cultivar. Por lo tanto, las dos palabras, en un tiempo, tienen que haber
estado más estrechamente relacionadas con el significado de lo que están
ahora.
En el sentido a que me refería,
considerando para mi la palabra culto como irritable, parecería que el significado
de culto gradualmente ha adquirido uno que es opuesto a lo que uno quisiera
considerar como cultura. En otras palabras, el significado de culto no está
generalmente relacionado con el concepto de aquellos que quieren cultivar las
mejores cosas de la vida.
A través del uso general, la palabra culto
ha sido usada para llevar un significado opuesto. Ha sido usada como una
maldición por aquellos que tienen desdén por alguna actividad o grupo.
Muchos grupos honorables han sido
maldecidos, por así decirlo, al ser clasificados como un culto, y han tenido
dificultad para deshacerse de esta implicación y readquirir su pasado
prestigio.
Si examinamos más minuciosamente la definición
del diccionario, encontramos que la palabra no recibe mucha atención. Se define
en parte como un sistema de adoración a una deidad, o como los ritos
religiosos. Otra tonalidad de significado es implicada donde culto se refiere
como la evidencia de gran devoción a alguna persona, ideas o cosa. El
diccionario al que acudí continúa diciendo que en este sentido tal devoción es
usualmente mirada como una novedad intelectual, infiriendo, en otras palabras,
que las enseñanzas de un culto carecen de profundidad o fundamento.
Este significado, por lo tanto, parece
referirse primariamente a actividades religiosas o a algo que tenga que ver con
la religión. Debido a que este concepto es un significado aceptado de la
palabra, la religión no ha sido el único sistema de pensamiento que ha sufrido.
También existe un uso común de la palabra culto en cuanto a un sistema
de curación. Un culto de curación usualmente está basado en la creencia que
toda la enfermedad se debe a una sola y escondida causa que puede curarse por
medio de un simple tratamiento. En otras palabras, usualmente se refiere a un
grupo de individuos que siguen una idea fija como siendo más importante que la
investigación y el estudio de otras.
Creo que probablemente el uso de la palabra
que ha causado el resentimiento de aquellos que como yo no queremos ser
clasificados como afiliados a un culto, se debe al hecho que un culto es
generalmente considerado como un grupo que selecciona a un individuo como su
portavoz o profeta. Estos seguidores van tan lejos como para creer cualquier
cosa que su líder les diga o haya dicho, sin importarles el análisis, estudio,
pruebas científicas o hasta los descubrimientos hechos por otros campos similares.
En los años que he estado asociado a la
Orden Rosacruz, he visto literatura de muchos grupos y organizaciones.
Frecuentemente, esta literatura (por lo menos para empezar) consiste nada más
que en las opiniones de un individuo. Por lo tanto, creo que la razón por la
cual el concepto de culto es ahora uno del ridículo y uno con el cual el
individuo frecuentemente no quiere estar asociado, se debe al hecho que en
muchos casos un culto ha sido establecido sobre las opiniones de un individuo
mal informado y dado al egotismo, que rehusa tomar en consideración las
opiniones de los demás.
Para mi, el concepto de un culto es uno de
intolerancia. Sé de organizaciones que han sido fundadas y funcionan solamente
adhiriéndose a las instrucciones de su líder o profeta o como éste haya sido
llamado, pese a que habían evidencias que eran contrarias a lo que ese
individuo enseñaba. En otras palabras, un culto está restringido a la
interpretación individual. Lo que puede causar que un culto sea ridiculizado
es su rechazo en tomar en consideración los descubrimientos y hechos que
alguien más que su propio líder pudo haber diseñado.
Existen hoy algunas organizaciones dignas
que comenzaron como lo que muy bien podríamos llamar cultos, que han ampliado
sus conceptos y por lo tanto se han vuelto útiles y al mismo tiempo
respetadas. Hay otras que dejaron de existir porque se aferraron tan
firmemente a lo que su propio líder enseñaba, que no pudieron forzarse a creer
que había cualquier otra área de verdad, excepto aquella que reconocían.
La verdad debe estar relacionada con una
mente abierta. El hombre tiene que poder investigar todas las fuentes de
conocimiento y experiencia si ha de utilizar el conocimiento constructivamente.
Es en este particular respecto que una organización como la Orden Rosacruz
resalta en contraste a tal punto de vista limitado como el de un culto, en
cuanto a como lo he definido aquí. Los Rosacruces no se subscriben solamente a
las teorías y enseñanzas de un solo individuo, sino que sacan de todas las
filosofías útiles y las combinan en una forma práctica que puede ser utilizada
por el hombre y estimular al individuo a hacer sus propias investigaciones y
llegar a sus propias conclusiones.
Un culto, en otras palabras y hasta donde
entiendo el término, tiende a moldear al individuo que se vuelve parte del
mismo, o sus seguidores, a encajar en una forma predeterminada, según el molde
o principio que su líder ha hecho. Una organización legítima con un propósito
cultural, como es la Orden Rosacruz, funciona en exactamente una manera
opuesta. Tiende a proporcionar al individuo los medios a través de los cuales
pueda desarrollar su propia filosofía de vida sacando del conocimiento que los
Rosacruces enseñan.
Hay muchos Rosacruces que a veces se sorprenden
cuando descubren que miembros y hasta oficiales de la organización puedan estar
en desacuerdo acerca de ciertos puntos de filosofía. Esto, en mi estimación,
es una de las pruebas del valor de las enseñanzas Rosacruces. El concepto
Rosacruz enseña que un individuo piense por sí mismo, basado en la información
que ha sido provista de cuantas fuentes sea posible. Un culto le enseña a una
persona a ser sello de goma. Una organización tal como la Orden Rosacruz le
enseña al hombre cómo preparar su propio sello, cómo desarrollar su propia
filosofía, cómo llegar a sus propias conclusiones. Con tal respaldo el individuo puede crecer en
sus conceptos del plan universal del lugar del hombre y de la propia naturaleza
interior del hombre.
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