La actitud hacia el propio
karma que conduce a lamentarse por el destino cruel que no nos ha proporcionado
ventajas en la vida, es una consideración errónea concerniente a lo que es
bueno o malo para el alma. Es verdad, existen muchas personas dotadas de
ventajas que pero no las emplean en la manera correspondiente, o las ignoran.
Pero este hecho en sí mismo nos demuestra que la posición privilegiada en la
vida, en realidad no es buena ni afortunada, según el verdadero sentido
interior de estos términos.
La persona afortunada tiene dinero, maestros,
habilidad y medios para viajar y rodearse de obras de arte, música y comodidad.
Pero estos son semejantes al aire tropical que enervan al cuerpo, pues
debilitan el carácter en vez de reforzarlo. No tienden en sí mismos a la
adquisición de alguna virtud, más bien a lo opuesto, a causa del hecho que los
sentidos impregnan constantemente las sutiles esencias del mundo sensual. Se
pueden comparar a las cosas dulces que si las ingerimos en cantidades elevadas,
se convierten en ácidos en el cuerpo. Por lo tanto, vemos que son el opuesto
del buen karma.
¿Entonces, cual es el karma bueno y cual el malo?
El karma
positivo es lo que el Ego desea y necesita, mientras que el negativo es el
karma que el Ego no desea, ni necesita. Por lo tanto en este caso, como al Ego
lo guían y lo controlan la ley, la justicia, las necesidades de la evolución
ascendente y no la fantasía, ni el egoísmo, tampoco la venganza ni la ambición,
seguramente elige la habitación terrestre que proporcione al final un karma
para una verdadera ventaja. Entonces, en esta luz, hasta la vida perezosa e
indiferente de un rico es justa como aquella de un individuo nacido pobre y
perverso. Al analizar desde este plano el asunto, notamos que las
"ventajas" que una persona buscaría si quisiera fortalecer su carácter,
o sea liberar la fuerza y la energía del alma, el mundo egoísta y personal las
consideraría "desventajas." La lucha es necesaria para lograr la
fuerza, atacar las épocas contrarias sirve para ganar profundidad, las escasas
oportunidades pueden usarse para adquirir la fortaleza, mientras la pobreza
debería engendrar la generosidad.
Cuando hablamos de esto, nos referimos a la
posición moderada. Nacer en una familia de borrachos enfermos o en un ambiente
de criminales, es una desventaja y un castigo que constituye un alto en el
sendero evolutivo. Por lo general, es una necesidad porque en una vida anterior
el Ego atrajo a su alderredor algunas tendencias que no pueden ser eliminadas
de ningún otro modo. Pero no debemos olvidarnos que tal vez, muy a menudo en el
gran total, un Ego puro y poderoso se llega a encarnar en un ambiente tremendo,
y, permaneciendo siempre bueno y puro, se queda allí para elevar y ayudar a los
demás. Pero nacer en la extrema pobreza no es una desventaja. Jesús se expresó
justamente cuando, repitiendo lo que muchos sabios dijeron anteriormente,
describió la dificultad que el rico encuentra para entrar en el paraíso.
Considerando la vida desde el limitado punto de vista de los que afirman la
existencia de una sola tierra, después de la cual hay un paraíso o un infierno
eterno, a la pobreza se le considerará una gran desventaja y algo que debe
evitarse. Pero al ver que tenemos muchas existencias que vivir, cada una de las
cuales nos ofrecerá la oportunidad necesaria para fortalecer el carácter, debemos
admitir que la pobreza no es, en sí misma, un karma necesariamente negativo.
La
pobreza no tiene una tendencia natural a engendrar el egoísmo, mientras la
riqueza lo necesita. Una estancia para todo individuo en un cuerpo nacido en
los sufrimientos, en las depravaciones y en la miseria de la pobreza moderna,
es bueno y justo. Pues, como el estado actual de la civilización, con sus
horrores, pobreza, crímenes, enfermedades y relaciones conflictivas casi por
doquiera, es el resultado del pasado en que participamos, es justo que en un
cierto momento de nuestra existencia lo experimentemos todo. Si alguna persona
ahora permanece indiferente a la miseria de los seres humanos y en su próxima
vida naciera en uno de los barrios bajos de nuestras ciudades, imprimiría en el
alma la miseria de tal situación. Más tarde esto conducirá a la compasión y al
cuidado de los demás. Pues, a menos que experimentemos los efectos de un estado
de vida, no podemos comprenderlo ni apreciarlo mediante una simple descripción.
A la parte personal involucrada, tal vez no le gustará como perspectiva futura,
pero si el Ego decide que la próxima personalidad aparecerá en ese ambiente,
todo será una ventaja y no una desventaja. Analizando el campo de operación de
las ventajas que consisten en oportunidad, dinero, viajes y maestros, nos
percatamos de que todo está directamente relacionado solo con el cerebro. Los
idiomas, la arqueología, la música, la belleza, la mejor comida, la ropa más
estupenda, viajar a muchos lugares distintos, cambiando constantemente las
impresiones del oído y de la visión, empiezan y terminan en el cerebro, no en
el alma ni en el carácter. Como el cerebro es una parte del cuerpo inestable y
pasajero, la completa fantasmagoría desaparece cuando la nota de la muerte envía
su tremenda vibración por medio de la forma física, expulsando a su habitante.
El fantástico ganglio central principal se desintegra y los que sobreviven son
simplemente los aromas derramados, según el verdadero amor interior hacia
cualquier búsqueda, imagen o sensación. Permanecen solamente algunas tendencias
y no de la mejor índole, o sea los
skhandas.
Por lo tanto, al final la ventaja se convierte en una desventaja.
Imaginemos el mismo cerebro y cuerpo no colocado en sitios cómodos, sino que
luchando durante casi toda la vida, efectuando su deber sin poder satisfacer
los sentidos. Esta experiencia imprimirá y entallará en el carácter más
energía, poder y fortaleza. Por lo tanto, los grandes caracteres son el fruto
de las edades. El otro camino es aquello monótono de la persona común que es
aún simplemente un animal.
William Judge
Aparecido en The Path, Julio 1895.
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