Conferencia leída
en el Congreso Mundial de Sociedades Protectoras de Animales
el 18 de Mayo de 1954.
Hay una impostura y superstición común de que
este mundo existe únicamente para el beneficio de la humanidad, de que el
hombre tiene "dominio" absoluto sobre los animales, a los que se
considera que viven solamente para satisfacen sus gustos y que éste puede
explotarlos y maltratarlos como quiera.
Que esta infortunada idea haya nacido de la
ignorancia o de la irreflexión, el caso es que constituye una práctica común en
todo el mundo, hoy por hoy, y probablemente esto está causando más miseria y
dolor en el mundo que cualquier otra forma de crimen. Es posible que llegue a
ser una amenaza más grande que la bomba de hidrógeno, a menos "que la
"actitud del hombre hacia el animal cambie.
En épocas pasadas, los caníbales
probablemente llegaban a la conclusión de que los otros seres humanos existían
solamente para su propia satisfacción; no hay duda que los dueños de esclavos
se imaginaron que éstos estaban únicamente allí para servir bajo su absoluto dominio
y obedeciéndoles en todo, y hasta la emancipación de la mujer, los hombres
generalmente pensaban que las mujeres existían para el único fin de servir oí
hombre y sus conveniencias.
A medida que todas esas herejías y
supersticiones se denunciaron y se condenaron, la humanidad fue aprendiendo
Gradualmente a vivir en mayor armonía Y unión; a reconocer los derechos de los
demás, y así, la felicidad de todos se está alcanzando y estableciendo poco a
Poco. Pero, la humanidad no ha aprendido todavía, a reconocer el lugar y el fin
para que están los animales en el plan de la evolución, o a darse cuenta,
siquiera de que cada animal, por pequeño e insignificante que sea tiene su propia
vida que vivir, su propio destino que cumplir y sus derechos a ser considerado con
justicia. Dean Inge señaló esto cuando dijo:
"El gran, descubrimiento del siglo XIX de que pertenecemos al reino animal
por parentesco de sangre, ha creado nuevas obligaciones éticas que todavía no
han penetrado la conciencia pública".
Y como la Reina Victoria nos recordara:
"Ninguna
civilización es completa si no incluye las indefensas y mudas criaturas de Dios
dentro de la esfera de la caridad y la misericordia".
Porque los animales viven como el hombre, sienten
como el hombre y sufren como el hombre. Los animales comen, beben y duermen,
nacen, viven y mueren, y también tienen una vida futura por adelante.
Los animales comparten la obra de Dios como
el hombre, disfrutan del amor de Dios como tal y por ende, son divinos como el
hombre. Tienen Derechos así como deberes, necesitan Protección, no
indiferencia, necesitan Simpatía, no brutalidad.
Los animales son Creadores, no destructores,
aman la Libertad, no el confinamiento, necesitan Libertad, no esclavitud. Son
los mejores amigos del hombre, son los más fieles Servidores del hombre,
necesitan la Bondad del hombre y su Amor.
Hay una grande responsabilidad para cada uno de los que, reconociendo este ideal,
quieran contribuir a su realización. Porque "la inacción en un acto de
misericordia, se transforma en un acto punible, de pecado capital", y gran
daño puede causarse por tal indiferencia e irresponsabilidad. Porque una cosa
sea habitual o todos lo hagan, no implica que eso sea necesariamente lo
correcto Todos creyeron una vez que la tierra era plana, pero esto no la hizo
plana.
Cada uno debe descubrir la verdad por sí
mismo, y cuando la haya descubierto, debe actuar de acuerdo con ella.
El hecho de que los animales también
compartan la vida de este planeta y tengan sus pretensiones y sus derechos no han
sido todavía apreciado o reconocido por la raza humana. Quién sabe qué
ulteriores beneficios esperan a la humanidad cuando esto sea reconocido y
llevado a cabo! Una cosa es digna de destacarse, sin embargo, y es que la
guerra, con todas sus abominaciones de bombas de hidrógeno, gases venenosos,
guerra bacteriológica, etc., no puede terminar hasta que el hombre cese en su
ataque cotidiano contra sus hermanos menores: los animales: Estas colosales barbaridades
y esta explotación se ejemplifican con la caza y la pesca, los experimentos con
animales vivos, tales como la vivisección, el comercio de pieles, las trampas,
los zoológicos, los circos v la más extendida de todos, la superstición tan
común de que el hombre necesita la carne de los animales como alimento. La
miseria, el dolor, la crueldad y el sufrimiento que surgen de tal irreflexión e
inhumanidad, sobrepasan toda descripción. Toda persona que comprenda estos
hechos fundamentales y actúe de acuerdo a ellos, está haciendo que la Paz se
aproxime un tanto más este mundo y capacitando la vida de la tierra para que se
manifieste más plenamente, atrayendo así a hombres y animales a la meta de
perfección que todos tratamos de alcanzar.
Esta
es la gran tarea de la época actual. Porque tal como
el hombre trata los animales, así los Dioses de lo alto nos tratarán. Si la humanidad quiere evitar una tercera
guerra mundial, con todos sus terrores y
tribulaciones, dejemos de ser la causa de esa calamidad.
La tarea es difícil, el sendero es áspero,
los problemas son muchos, pero la humanidad ha triunfado merced a grandes
luchas del pasado, y con esfuerzo, determinación y completo entendimiento, ella
puede efectuar uno de los más grandes de sus hercúleos trabajos. Como dijo una
vez la Dra. Annie Besant:
"El
hombre aprenderá así a usar sus grandes poderes gradualmente, para elevar y
educar a sus amigos los animales, y no para destruirlos y aterrorizarlos.
Dejará de mirarlos como si existieran exclusivamente para su servicio, placer o
su comodidad, y los considerará como sus hermanos menores en la familia divina,
sabiendo que él, el hombre, es el representante para los animales de la
Divinidad a quien debe dar cuenta del ejercicio del poder puesto en sus
manos".
Peter
Freeman
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