"Gnostiseauton"
a) Esquema de, la constitución humana
y su explicación.
b) Cuadro sinóptico y su explicación.
a) ESQUEMA DE LA CONSTITUCION HUMANA
El YO humano como toda esencia espiritual tiene tres
propiedades: la de ser, la de conocer y la de querer; o sea esencia, conciencia
y senciencia (o resumiendo, esencia consciente y esencia senciente).
La consciencia tiene un instrumento de captación y
manifestación del conocimiento, que es la mente, órgano psíquico principal de
impresión y expresión de la inteligencia, con sus tres modos: intuición, razón
discursiva y memoria (o también, inteligencia intuitiva, inteligencia
discursiva e inteligencia reproductiva), que forman el mecanismo del
entendimiento; y conceptos lógicos, intuiciones innatas (o categorías del
entendimiento) e intuiciones adquiridas.
La senciencia tiene un instrumento de captación y
manifestación, que es el espíritu, órgano psíquico de impresión y expresión
del querer, en sus tres modos, a saber: Intención (virtud o modo potencial);
voluntad (que es la fuerza proyectiva o vehículo de la esencia en la
existencia) y Sentimiento (que es la capacidad de impresión psíquica). Y un
contenido de intenciones, virtudes o poderes y voluciones.
El espíritu y la mente, constituyen el alma espiritual e
inmortal, en sus dos aspectos sensitivo e intelectivo respectivamente[1].
El alma animal, mortal e instintiva, está formada por los instintos, que
trascienden a la inteligencia y participan de sus cualidades; las pasiones,
que trascienden al sentimiento y son incentivos de nuestros actos; y los
deseos, que tienen su raíz en los apetitos del cuerpo. Los instintos se
enraízan en los deseos, y las pasiones en los instintos; pues todas las grandes
pasiones humanas (conocidas por los siete pecados capitales), nacen de los dos
instintos básicos, de nutrición (o conservación del individuo) y de reproducción
(o conservación de la especie)[2].
El cuerpo está formado de tres elementos fundamentales:
Forma ú organización; materia o cuerpo denso, y energía o cuerpo sutil. Estos
dos últimos son también respectivamente el cuerpo químico y el cuerpo físico o
etéreo: Materia y energía organizadas.
Dentro de nuestro ser anímico o metafísico se halla
también el arquetipo (o "entelequia" de Aristóteles) que no es
creación de nuestro Y0, sino "forma substancial" creada por la Mente
Universal para informar nuestro ser físico. Esta es nuestra alma vegetativa,
cuyo contenido no depende de nosotros.
Por último, participando de las potencias de la mente y
del espíritu, tenemos la imaginación creadora (imaginación en cuanto participa
de potencia cognoscitiva y formadora de imágenes; creadora en cuanto participa
de la fuerza del amor como sentimiento y del amor corno voluntad de existencia);
a la cual podemos llamar también con gran propiedad potencia objetiva.
b) CUADRO SINOPTICO Y SU
EXPLICACIÓN
Desarrollando en un diagrama todo lo que acabamos de exponer,
nos encontramos con la siguiente sinopsis de la conocida clasificación
septenaria tan difundida en los círculos esotéricos.
En este cuadro hallamos la mejor clave para la
comprensión de la naturaleza humana y para la explicación de ese proceso
postmortem a que nos referimos en el capítulo siguiente.
Además contribuirá a deshacer muchos equívocos con respecto a ciertos términos
y conceptos, que por haber sido expresados en lenguas extranjeras y antiguas,
suscitan frecuentemente dudas y vaguedades. Los tres elementos abstractos e
inmortales del hombre, que constituyen esa entidad metafísica conocida en la
literatura teosófica con el nombre de "divina triada", forman su
individualidad (o "lo que no es divisible").
Los cuatro elementos concretos y destructibles, cuyo
conjunto constituye el "cuaternario inferior", forman su personalidad
o máscara, conjunto de vehículos, cuerpos o envolturas de manifestación, que
le sirven de instrumentos durante la vida física.
Los tres elementos sutiles o hiperfísicos de esta
personalidad (cuerpo etéreo, vitalidad y alma animal) que sobreviven durante un
cierto tiempo a la muerte del cuerpo físico, conforme ya hemos explicado,
constituyen el "fantasma", "cascarón astral" o "elementario",
que, separado ya de la individualidad (y por tanto sin conciencia directriz)
puede manifestarse con sus cualidades psíquicas elementales, atraído por el
círculo magnético de una reunión espiritista.
El plano hiperfísico, que
corresponde a estos tres elementos, se llana "Mundo astral".
(En realidad deberíamos llamar cuerpo físico al cuerpo
astral, y en cambio al cuerpo denso llamarle cuerpo químico).
Los estados de conciencia (o proyecciones de consciencia)
en cada uno de los elementos y su mundocorrespondiente, se realizan en un
orden ascendente después de la muerte y tras las sucesivas disgregaciones de
los vehículos de la personalidad. Pero estos estados de conciencia,
objetivados en el proceso post-mortem, se realizan subjetivados durante
nuestra vida terrenal, sin orden determinado y con arreglo a las vivencias
consecuentes a las circunstancias de nuestra vida: El que vive dedicado al
estudio, apartado de la vida mundana, mora casi continuamente en estado de
conciencia celeste o devakhánico, puesto que polariza su consciencia en el plano
de la mente creadora y de las ideas. Por el contrario, el que vive entregado al
cultivo desenfrenado de sus pasiones y sus deseos instintivos, con sus
secuelas de dolores y desengaños, mora en un estado de conciencia
auténticamente infernal; vive en el káma-loka o lugar del deseo, del cual puede
sacarle una rectificación a una educación superior.
Estos estados de conciencia son las "moradas" a
que se refirieron los místicas castellanos y musulmanes (Santa Teresa, Mohidin),
la, estancias, círculos y cielos dantescos, y los lugares, en fin, a que se
refieren invariablemente todos los textos de las religiones positivas,
objetivando sistemáticamente lo que es subjetivo; no sin razón, puesto que esta
objetivación es plena realidad en los procesos anímicos que siguen a la muerte
corporal, conforme dejamos apuntado.
En el mundo de la manifestación hay una
"realidad" independiente de nuestro conocimiento de ella. Esta
realidad (el mundo) es el pensamiento de Dios, objetivado. En estado de
"no manifestación" (el del alma tras de la muerte) la realidad es el
propio pensamiento individual objetivado. Solo existe entonces, perceptiblemente,
lo que hemos creado con nuestra mente. Y esto es nuestro cielo a nuestro
infierno.
Dr Eduardo Alfonso
NOTAS
[1] La confusión
corriente de aplicar el nombre de espíritu unas veces a la esencia y otras
veces al aspecto senciente del alma, estriba ea que realmente espíritu (de
spiro, soplo o aliento) es tanto lo que tiene capacidad de alentar a una forma
de vida (al modo en que lo hace la esencia) como lo que proyecta esta esencia
en la existencia por medio de la manifestación en formas y cuerpos tal como lo
hace la voluntad que es facultad del alma). De esto resulta cierto que la
esencia es espíritu puro y que el alma es espiritual; por que, efectivamente,
sin esencia no habría posibilidad de existencia.
No es tampoco un capricho cl haber elegido la palabra espíritu o soplo,
puesto que se manifiesta en los órganos del pecho donde radica la respiración.
Ni tampoco es casual llamar inspiración a la función intuitiva y creadora del
espíritu, tanto como a la función respiratoria de captación del aire. San
Agustín en "La Ciudad de Dios"
(Cap. XXIII del Libro XIII) distingue entre el "Pneuma" o Espíritu Santo y el "Pnoen" o Espíritu de Vida (Alma animal) añadiendo: "Aquel soplo espiritual que salió de
la boca carnal (Espíritu de Vida) no era substancia o naturaleza del Espíritu
Santo, sino una significación suya". Es decir, distingue el espíritu
como "esencia senciente" del espíritu como "voluntad de existencia". Y esto concuerda con nuestra
posición reflejada en el esquema.
[2] Platón decía que el hombre tiene tres almas: Espíritu, corazón y
deseos; o sea tres órdenes o grupos de facultades completamente identificables
con las tres clases de alma, intelectiva, sensitiva e instintiva, expuestas por
nosotros, y que se corresponden con el alma intelectiva, alma sensitiva y alma
vegetativa de los escolásticos.
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