miércoles, 3 de abril de 2019

Carta para quien desea recibirla



Hay un Proceso de Liberación pendiente en cada persona. 
De Liberación del sufrimiento innecesario que causa la ignorancia de desconocer lo que hay detrás del velo de .los sueños y las ilusiones de nuestro yo de película. Cuando el Camino no ha hecho más que empezar, las desilusiones del sueño, nos dicen que ya ha acabado. 
El dictador ignorante del Yo, que tenemos o que nos tiene todavía, nos prometió una felicidad del tener y no del Ser, que además incumplió. Creía saber y no supo. Fracasó, engañó. 

La Verdad es la Realidad y la Realidad se ve al Despertar del sueño, de la falsedad. 
Esta verdad y esta Realidad están bajo nuestros pies. Siempre hemos viajado con ella pero nuestro egoísmo, egolatría, egoadicción, egocentrismo nos la ha ocultado bajo nuestras quejas, preferencias, aspiraciones, intolerancias, costumbres... ¿Alguno hubiéramos escuchado? ¿Qué clase de ayuda hubiéramos pedido o aceptado mientras creiamos rígidamente en “Ego, Yo, mí, lo mío, para mí todo, por encima de todo, yo soy así, hago lo que me gusta, a mi manera, lo que me da la gana, ahora mismo...? Sabemos que no. Aún comprendiéndolo no hubiéramos tenido fuerzas para realizarlo porque hacen falta muchas y esas salen de un estado de necesidad desesperado. 

Si hubiera llegado ya el momento de no engañarse a uno mismo con disculpas y disimulos; si la sinceridad sale del miedo a no saber vivir, no saber seguir; si ya hemos vivido suficientemente el engaño del mundo y del yo, y lo vemos como jaulas de las que es indispensable y urgente liberarse, estamos en buena posición para descubrir quienes somos en realidad, con fuerza y disponibilidad como si fuera lo último a hacer. Si no queremos prescindir de nada sigamos sufriendo. 
Este Camino al que me refiero debe ser enseñado por otro. Mientras hay apegos, hay diferencias, oposición y conflicto que es sufrimiento. Si evitamos la causa, evitamos el efecto. Si todos estamos enjaulados en el Yo y este Yo es el reflejo del mundo, enfermos y encarcelados experimentan el sufrimiento de una o dos jaulas más. Se puede cambiar de dirección y comprender cómo ha sucedido esto y además cómo liberarse de ello. 

Es una Rebelión contra ellas y una Revolución transformadora todavía no hecha por cada individuo, cada sujeto sin condiciones sociales a cambiar ni dependiendo de ellas. Sólo de sí mismo. 
“Se tu propia lámpara”. No se trata de una religión; sino del adiestramiento, del entrenamiento de la atención, la observación; la capacidad de escuchar y llevar a la Práctica instrucciones que todo el mundo puede comprender y realizar. Desconfiar de palabras y verificar por uno mismo nada arriesgado, todo natural. Si se acepta que se ha fracasado ya comienza el cambio pero hay que desarrollar la mente que “Ve”. Todo lo que necesitamos para aprender el cambio, ya lo tenemos. 
“No coger nada ni dejar nada”, decía mi maestro Shuyu, un viejo  sabio. Toda la experiencia sufrida es aprovechable y lo más valioso es el sufrimiento porque “es lo único que sabemos que no es” deseable. Y todavía “no sabemos lo que sí es”. 

Vivimos esclavizados por una falta de libertad anterior a los hechos que padecemos, incluso anterior a las palabras. Dominados por el Ego (Egoísmo) aprendiendo junto a las palabras, los sentimientos, los hechos de nuestro alrededor, no hemos podido escoger ni decidir nunca nada. Escogió y decidió nuestro Ego aleccionado, condicionado, socializado. Tener libertad, no es hacer lo que le da la gana a tu Ego, sino a ti mismo. Esto es lo que hay que encontrar y puede practicarse en cualquier sitio, a cualquier edad, sexo, raza, nivel de estudios, hora del día, situaciones... en cada momento de acción o de quietud. Es bien sencillo intuir que todo el mundo pueda ser él mismo, más allá de su Ego sobrepuesto. Todos podemos ser lo que ya somos, nuestra propia Naturaleza y no sólo nuestra condición, el personaje, la vestimenta, el disfraz. Podría decirse que es más posible la liberación de uno mismo cuantas más jaulas padece ya que hay pocos intereses personales que atender y la concentración en el asunto puede ser mayor. 

Hombres y mujeres con condenas, enfermedades, jubilaciones, fracasos, graves disgustos, merecidos o no, lo que es indispensables es que: Padecen aislamiento y segregación, del resto de los ciudadanos. La segregación conduce a la limitación y a la incapacitación para realizar sus deseos y proyectos. La incapacidad conduce a la frustración. La frustración conduce a la represión del odio y el resentimiento. La represión del odio y el resentimiento, conduce al sentimiento agotador y venenoso de impotencia agresiva hacia todas las cosas y personas. 
La impotencia conduce a un replanteamiento de su situación presente y futura, sus relaciones, pensamientos y sentimientos. Este replanteamiento forzado también produce sufrimiento no sólo por todo lo que se ha perdido sino por todo lo que se imagina que va a perder. 

Este nuevo sentimiento, conduce a un callejón sin salida produciéndose una necesidad de huir del pensamiento y del recuerdo, esforzándose por concentrarse en los actos más mínimos de cada momento, cada hora, cada día, cada lugar, cada objeto porque si se piensa, el calendario reaparece y la vida se hace algo insufrible y vacío. Esta concentración defensiva condena a un tipo de tranquilidad o bien-estar al menos por ausencia de sufrimiento, descubriéndose que cuando se está concentrado en algo, no se necesita ni echa en falta nada a menos que se rompa la concentración y se piense, se desee, se imagine, se compare, se valore... y nos demos pena de nosotros mismos. 
Este gran descubrimiento sobre la propia mente el sufrimiento y el control del sufrimiento mediante la concentración, es sabiduría, es conocimiento sobre el funcionamiento de la mente, cosa importantísima en momentos como éstos. Otro gran descubrimiento ligado a éste consiste en haber caído en la cuenta de que cada uno está completamente solo para orientar con eficacia este asunto. Todo depende de uno mismo. 

Hay asuntos que se pueden intercambiar pero éste no. O controlas o sufres. El tercer descubrimiento de enorme importancia está en caer en la cuenta y no olvidarse de que cada vez que se pierde la concentración en lo que se está haciendo, aparecerá el pensamiento y con él la rueda, el disco que se repetirá una y otra vez. El cuarto descubrimiento es de la misma importancia y consiste en caer en la cuenta de que todo ello ocurre sin moverse. Todo esto sólo con un tipo de mente que trae al presente el pasado y el futuro imposibilitando vivir el momento presente. Sólo con la imaginación (imagen en acción) como una película. Resumiendo: la clave del tema está pues en ¿Cómo evitar la repetición de la película? ¿Cómo evitar el pensamiento-recuerdo-imaginación que frustra la vida y reproduce el sufrimiento? El maestro Buda, hace 2.500 años, observó lo mismo y se preguntó lo mismo. Meditó sentado en el suelo unos días buscando la respuesta al sentido del sufrimiento. ¿Por qué sufrimos tanto? ¿A dónde nos lleva esto? ¿Qué nos está queriendo decir nuestra propia naturaleza? ¿Hay alguna manera de eliminar los sufrimiento innecesarios? ¿Es que somos ignorantes? El era un principe joven, lo tenía todo pero también tenía curiosidad y compasión. Observó a los enfermos, encarcelados, ancianos,... y observó su sufrimiento. 

Abandonándolo todo, se fue a las montañas donde se iban los que buscaban algo distinto del egoísmo y las barbaridades del mundo. Aprendió a meditar y llegó a ser un maestro en aquella meditación pero no encontraba la respuesta a la pregunta aquella del sufrimiento. Comenzó a cuidarse, a mantenerse sano y lleno de energía y se concentró de nuevo más allá de lo aprendido y conocido, más allá de la Nada y hasta que un día exclamó: ¡Ah, constructor de la casa, no construirás más! Bajo el árbol de la sabiduría tocando con la mano derecha la tierra de su origen y poniéndola por testigo, levantó los ojos y vio la luz de la estrella de la mañana. Su mano izquierda permanecía abierta. Desde entonces se le conoce como el Conductor de hombres. ¿Qué más se puede decir? Si hemos comprendido un poco, comprendamos más, estudiemos, pidamos ayuda, dejemos atrás el orgullo, seamos coherentes, firmes y decididos. Por el sufrimiento podemos salir del sufrimiento. ¿Por la queja? no. Podemos Despertar del sueño. Toda la Naturaleza está empujando. Todo lo que conduce (conducente) a la auténtica lucidez, está a nuestro favor. 

Lo sepamos o no para allá vamos. Compartir es mejor. Seguir el Camino que transmitió Buda, es la esencia de la Vida. Aprendamos a vivir, no a repetir. ¿Hay vida antes de la muerte? Esto es lo importante se esté donde se esté y se “sea” quien se “sea”. Encontremos nuestro verdadero Yo. 
No se nos va a regalar sin esfuerzo aunque sea muy fácil porque “sólo consiste en prescindir de las preferencias”. Hay una tradición de ayuda en el Budismo Zen transmitida por su refundador, el Maestro Dogen, en los años posteriores a la vuelta de China a Kyoto, Japón en 1227, en aquellos años inundada de miseria. El maestro Kodo Sawaki, maestro a su vez del mío Shuyu Narita, también frecuentó las cárceles enseñando la Meditación Zazen de “sólo estar sentados dejando caer la mente y el cuerpo”, adiestramiento cuya Práctica se explica en este libro. 

Desde hace años tengo la misma inquietud que me ha llevado a escribir esta carta.

Jesús Ubalde Merino (Soko Daido)

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