jueves, 11 de abril de 2019

CUENTOS DE HADAS - Alegorías de mundos internos. LAS VARIANTES DE LA CENICIENTA



Las versiones del cuento de Cenicienta-Aschenputtel son muchas y variopintas, incluso el nombre de la protagonista varía hasta dentro de un mismo país. 
En Alemania se llama Aschenputtel, Aschenbrdel, Aschpital y otras variaciones dialécticas. 
Parecidas a éstas son la sueca Askungen y la escocesa Ashiepattle. Francia tiene Feniette Cenaron y la Cendrillon de Perrault, en Italia puede ser Cenerentola o Zucchetina, el nombre noruego es Kari Traestak, mientras que en Dinamarca la heroína no es la Tonta o la Muchacha de las Cenizas, sino Guidskoen, Zapato de Oro. En Oriente, se llama a la heroína por su nombre o se le dice Princesa. 

En la versión algonquina se la llama Carita Áspera, mientras que en Arabia y Transilvania se sigue la versión de Cenicienta con un muchacho héroe de cuentos. Parece ser que hay tres tipos principales de esta historia y que el básico y más difundido es el familiar en que figura la muerte de la madre y un segundo matrimonio, con el que entran ya en juego la madrastra cruel y las hermanas. 
En él la heroína se ve repudiada y relegada por la fuerza a una posición servil y va vestida con harapos o con algún tipo de disfraz. Entonces recibe ayuda sobrenatural para sobrevivir y tener un apoyo en su triste destino. Este mismo agente sobrenatural la obsequia con vestidos espléndidos y hace que pueda acudir al baile del príncipe o lo encuentre en un festival o, en las versiones de influencia cristiana, lo encuentre en una iglesia. Se encuentran, se enamoran de un flechazo, se separan tres veces y, por fin, logran juntarse definitivamente, sirviéndose de un objeto de identificación, como puede ser una zapatilla o un anillo. Entre los vestidos de gala figura también el traje de novia y el héroe y la heroína viven por siempre felices. 

En las variantes del tipo “Rey Lear”, empieza la historia con un rey que tiene tres hijas. Decide abdicar a favor de ellas y, en una acción que satisfaga su ego, les pregunta a cada una cuánto lo quieren. Las dos primeras princesas hacen manifestaciones exageradas de su amor, mientras que la menor dice invariablemente “Más que a la sal” o “Tanto como a la sal”. El rey se siente ofendido y expulsa a su hija menor, ordenando su muerte. Ella escapa y recibe la ayuda de una anciana, un animal o algún poder sobrenatural. Entonces huye por el bosque en busca de un escondite y encuentra un trabajo servil en un palacio o castillo extranjero, donde se produce la escena común del encuentro, el reconocimiento y el matrimonio. Esta historia es muy antigua (se remonta a tiempos de Teodosio) y tiene lugar en muchas regiones. 

  El tema del Incesto 

La tercera variación habla de un padre incestuoso que o bien está enamorado de la belleza de la joven o, debido a la promesa hecha al morir su esposa de que sólo se volvería a casar si encontrase una mujer tan bella como ella, trata de buscar este requisito y se da cuenta de que sólo su hija puede satisfacerlo. Ella se escapa y consigue un trabajo de baja categoría, con lo que ya sigue la trama habitual. El rey-padre normalmente recibe su merecido. 

En el primero de estos tres tipos de cuentos, el padre aparece como indiferente al destino de su hija, aunque Perrault lo presenta tan dominado por su segunda esposa que carece de valor para defender a Cenicienta. Pero se ha dado a entender que en la mayoría de los cuentos de hadas el padre juega un papel de Destino o karma y es incapaz de influir en los acontecimientos, que deben seguir inevitablemente su curso. Se sugiere, además, que él juega el papel del rey del ajedrez, como las fuerzas solares de la ley y el orden, y sus movimientos están limitados por las manifestaciones mundanas.

                                                 

Regan, Goneril y Cordelia, las tres hijas del Rey Lear Ilustración de H. C. Seluos 


En el segundo “Rey Lear” el padre se nos presenta egocéntrico, tonto o engañado fácilmente, al mismo tiempo que cruel al rechazar o tratar de asesinar a su hija, personificando en este caso el rol encomendado generalmente a la madrastra. En estos dos primeros grupos el rey no tiene influencia o se deja llevar por fuerzas negativas. En el ciclo del incesto, se le equipara a los dioses y a las costumbres religiosas que aparecen en la mitología y en antiguos hábitos sociales. 

El incesto era completamente tabú en algunas religiones y sociedades, en otras era un rito normal. 
En las tribus en que se practicaba la exogamia estaba rigurosamente prohibido el matrimonio, incluso entre los que tenían un mismo apellido o un mismo tótem animal. Por el contrario, en Egipto el faraón se casaba ritualmente con su hermana y los antiguos reyes de Kandy, en Sri Lanka, concebían hijos reales con sus propias hijas. En Persia, al principio del Mazdeísmo, se aceptaba y se practicaba el incesto. Tenemos muchos ejemplos entre los dioses y los héroes: Osiris e Isis, Set y Neftis, Cronos y Rea, Zeus y Hera, Yama y Yami, Abraham y Sara, Sigmundo y Siglinda, todos hermanos y hermanas en una situación en la que parecía existir una relación entre el incesto real y la preservación de la realeza divina. El hecho de que en muchos cuentos se presenten unos lazos más fuertes entre hermano y hermanas que entre los esposos o entre éstos y los hijos puede deberse a esta costumbre matrimonial entre hermanos, aunque una unión así produjo la mayor cantidad de desastres, cuando Ceto y Forcis dieron vida a Nisus y fueron responsables de las Harpías, Silla, Equidna, las Sirenas, la Quimera y la Esfinge.

Dioniso-Zagreo fue el resultado del incesto entre Zeus y su hija Perséfona. Las uniones incestuosas aparecen con frecuencia en la religión y en la mitología y simbolizan la identidad original y la unidad primordial, restaurada con la unión de las partes separadas. En la Alquimia representan la regeneración, un regreso a la materia prima, y la Gran Obra se simboliza a veces mediante el incesto. A K. Coomaraswamy señala que, como toda la vida es una, cualquier unión sexual puede considerarse incestuosa. El incesto representa una unidad que no reconoce ningún aislamiento y, por tanto, rompe con todo separativismo. Este simbolismo se ve aún más acentuado por el acoplamiento de los gemelos Osiris e Isis en el vientre de su madre y de Set y Neftis en el submundo, predominando en ambas ocasiones la oscuridad y el caos antes de existir la individualidad, el nacimiento y el renacimiento. Pero el veto del incesto es necesario en el mundo de lo manifestado, con el fin de que se produzcan diferencias. Estamos en el reino de la multiplicidad y se debe escapar de dependencias embrutecedoras.

                   

El incesto en el simbolismo de la Alquimia Del Scrutinium Chymicum deMaier (1687) 

El incesto es también un símbolo psicológico de la tendencia humana a aferrarse al pasado y a lo conocido, a evitar enfrentarse a lo nuevo y desconocido. El Rey ve en su hija lo ya conocido y quiere afirmarse en la cómoda seguridad de la felicidad pasada, no tiene fuerza de voluntad para desprenderse del pasado y trata de mantener lo que Nietzche llama “el sacrílego aferramiento regresivo”. Su enfoque incestuoso es también un intento de recobrar su propia juventud y virilidad a costa de su hija. Casarse con esa desproporción de edad significa, una vez más, el temor al progreso natural hacia la vejez y la muerte, ambas necesarias antes del renacimiento. 

Esta nostalgia es cobardía espiritual, muy distinta de la nostalgia que mira hacia delante, al Paraíso, y que conduce a la evolución espiritual y a la búsqueda de la ilustración. Jung mantiene que el “llamado complejo de Edipo, con su famosa tendencia incestuosa, se convierte en este nivel en un complejo de Jonás y la ballena, que tiene cualquier número de variantes, como la bruja que come niños, el lobo, el ogro, el dragón, etc. El miedo al incesto se convierte en miedo a ser devorado por la madre … pero puede también desprenderse del abrazo materno y aflorar a la superficie con nuevas posibilidades de vida”. Este es también el viaje al submundo, el Bosque Oscuro, el regressus ad uterum de la iniciación. La amenaza del matrimonio incestuoso ejerce en Cenicienta el mismo efecto que el rechazo o el descuido que tiene el padre por ella en otras versiones: la separa bruscamente de la inocencia y la infancia y la precipita en el mundo adulto del sexo, la aventura y el peligro. Siecke ve en las historias incestuosas la situación solar-lunar en la que la hija, como la luna nueva, tiene exactamente la misma apariencia que su madre, la luna vieja, mientras el padre es el sol, con la eterna relación solar-lunar. 

La misma interpretación se aplica al incesto hermano-hermana. Por otra parte, la escuela del mito solar ve en la Princesa al sol vespertino que, importunado y molestado por el padre, el sol de la mañana, se refugia en la oscuridad, la Piel de Asno, equivalente a la huída al Bosque Oscuro. Como, para protegerse de las insinuaciones amorosas de su padre, ella exige y consigue mantos del color del cielo, del sol y las estrellas, la vemos como símbolo de los cielos y de la luz. La piel de asno se ve como las neblinas y efluvios del atardecer, que escapan de la persecución del sol. 
En algunas variaciones de esa historia, Cenicienta se escapa al bosque, o se disfraza con una piel, o se recluye en la oscuridad de su habitación, vistiendo o llevando consigo sus vestiduras. El Príncipe la ve, cazando en el bosque o mirando por el ojo de la cerradura de su habitación. 

La teoría solar excluye al príncipe. Si se interpreta según las estaciones del año, podemos ver que el Viejo Rey es el Tiempo, Cronos/Saturno, que devoraba a sus hijos, con Piel de Asno como año nuevo y el Príncipe como el poder solar creciente. Otros mantienen la teoría de un matrimonio ritual entre el joven Año Nuevo y el Sol. En las versiones incestuosas, al Rey, como se mencionó antes, le ha sido impuesta la condición para el matrimonio por su anterior esposa: él puede volver a casarse si la nueva esposa es tan bella como ella, o le sirven sus zapatos o su anillo, o su vestido o sus joyas, o si tiene una estrella en una ceja. Esta estrella en la ceja es una característica distintiva que figura en muchas variantes. Indica la presencia de la divinidad o el espíritu y es un atributo de la Reina del Cielo, especialmente en su aspecto de Stella Maris. Una estrella en la cabeza es también una forma de nimbo o resplandor espiritual. 

En la mitología griega, los Dióscuros tenían una estrella o llama que brillaba entre sus casos, para indicar su origen divino. La corona o diadema tiene el mismo significado. En la historia resulta que Cenicienta es la única persona que puede cumplir con estas condiciones. El tema del incesto aparece en Europa en la época medieval y muestra una peculiar influencia cristiana, ya que mezcla a los clérigos como personajes que toleran o fomentan abiertamente el matrimonio incestuoso. A menudo hacen planes a favor del Rey y en contra de su hija, lo que da una extraña noción de moralidad de estos caballeros, supuestamente cristianos. 

  Huída y Disfraz 

Cenicienta huye entonces de su padre. Las formas de huída varían muchísimo. En algunos casos, trata de ganar tiempo exigiendo hermosos trajes de bodas, parecidos a los que lleva cuando se transforma para asistir al baile o al festival, siendo cada uno más espléndido que el anterior. Una vez recibidos éstos, se las ingenia para escaparse, a veces simulando que está bañándose y dejando unos pájaros salpicando el agua mientras ella se marcha, en otros casos, le ayuda en la huída alguna persona o un animal colaborador. En una versión polaca, la madre muerta viene a ayudar a su hija y, desde la tumba, le dice que pida un bastón que hable, una pelota de niebla y un trineo de viento. 
Cuando recibe, por fin, estos objetos, recurre a la estratagema del baño para escaparse del castillo de su padre. La persiguen, pero en la huída arroja primero el bastón y después la pelota y escapa en el trineo de viento. En una versión escandinava, la hija huye hacia la tumba de su madre y su madre le dice que coja un cepillo, un peine y un espejo. Cenicienta regresa al castillo, simula tomar un baño y escapa. Cuando la persiguen, arroja el cepillo, que se convierte en un muro impenetrable. 

El Rey logra, por fin, traspasarlo, por lo que Cenicienta arroja el peine, que se convierte en un muro de huesos y, por último, el espejo se convierte en un muro de vidrio. El Rey lo rompe con su espada y la hija logra escapar, vistiendo un disfraz de piel de cerdo. Perrault escribe dos historias utilizando los argumentos de Cenicienta y Piel de Asno, aunque, en realidad, son dos incidentes de un mismo cuento conocido en todo el mundo. Con el estilo que le es característico, trata de suavizar el elemento incestuoso y no lo atribuye a intenciones claramente incestuosas, sino a una confusión mental de un rey que está envejeciendo y que apenas puede distinguir entre su hija y su esposa fallecida. Como es costumbre en él, elimina los simbolismos de mayor importancia y limita sus cuentos a un nivel moral de menor significado. El truco que utiliza la heroína con más frecuencia es disfrazarse con una piel de animal o, algunas veces, con un manto de plumas de ave, juncos, musgo, paja, tiras de cáscara de calabaza y hasta un manto de madera. Estos disfraces también se utilizan en las versiones del tipo “Rey Lear”, en que Cenicienta es expulsada de casa y amenazada de muerte por su padre enfurecido.  

Las Respuestas y el Simbolismo de la Sal 

Las variantes del “Rey Lear” están también muy difundidas, pero varían muy poco en lo básico. 
En el cuento francés La Muchacha de las Gallinas la tarea servil de Cenicienta es cuidar de las gallinas. El Rey decide abdicar y dividir su reino entre sus tres hijas y les pregunta cuánto lo quieren. La mayor le contesta: “Más que a cualquier cosa del mundo”, mientras que la segunda dice: “Tanto como a mi vida”, pero la menor responde: “Tanto como el Rey ama la sal”. El rey se enfurece y la manda matar. Contrata a un abogado para que divida su reino en dos, le ordena que se encargue de dar muerte a la menor de las princesas y decide vivir medio año con cada una de sus otras dos hijas. El abogado, dejándose llevar por la compasión, perdona la vida de la hija menor, pero la lleva a un extraño castillo donde él había trabajado antes y allí la aceptan para cuidar las gallinas. Ella se escapa vistiendo ropas de campesina, y se lleva los tres vestidos esplendorosos. En un carnaval usa estos vestidos tres noches consecutivas y baila con el Príncipe, pero siempre huye de él, perdiendo un zapato al marcharse la última noche. 

El Príncipe ordena que se busque a su dueña. Todas las jóvenes se prueban el zapato, pero sólo le sirve a la muchacha que cuida las gallinas. Entonces ella se retira a su habitación, se calza el otro zapato y se viste con el más maravilloso de sus vestidos y regresa donde está el Príncipe esperando. Sin embargo, antes de que pueda llevarse a cabo el matrimonio, Cenicienta desea el consentimiento de su padre. Encuentran al viejo Rey viviendo miserablemente en una choza, asistido por un único y fiel servidor, ya que las otras dos hijas lo han expulsado de sus castillos. 

Se prepara un banquete, pero la comida del Rey se sirve sin sal. 
A continuación tiene lugar el reconocimiento y el remordimiento. 
Las dos hijas malvadas son expulsadas y ellas y sus maridos son ahorcados, recuperando el anciano Rey sus tierras y su castillo. Se celebra la boda del Príncipe y la Princesa y el abogado y el criado fiel son recompensados y se sientan a la mesa del banquete real. 

En la versión sueca las respuestas son:

“Tanto como a Dios del Cielo”, 
“Tanto como a mi Vida”, 
“Tanto como a la Sal”. 

A la hija menor se la expulsa desnuda, escapa al bosque y trepa a un árbol para esconder su vergüenza. Aquí la encuentra un Rey que ha salido de caza, sigue la secuencia acostumbrada de acontecimientos y, terminadas las tribulaciones, se prepara el festín nupcial, al que se invita al padre, pero se le sirve la comida sin sal. Entonces es cuando se reconocen y las dos hijas mayores son expulsadas desnudas al bosque. Una versión italiana dice que las dos hijas mayores responden: 

“Más que a mis ojos”, mientras que la menor contesta: “Más que a la Sal”. 

En la versión holandesa las respuestas son:

 “Como al oro”, “Como a la plata”
 y “Como a un terrón de sal”. 

Otras variaciones son: 

“Tanto como al buen pan”,
 “Tanto como al buen vino”
 y “Tanto como a la buena Sal”. 

En algunas versiones es un sirviente quien recibe la orden de asesinar a la menor de las princesas, pero le perdona la vida y, como evidencia de haberla asesinado, se presenta con el órgano de algún animal, ya sea un corazón, los ojos o la lengua. A Cenicienta le ayuda en su huída alguna anciana, que a veces es una comadre, o algún animal o pájaro colaborador, y cualquiera de ellos es capaz de brindarle ayuda sobrenatural. En otras variantes esta ayuda consiste en la transformación de las ropas de Cenicienta en vestidos esplendorosos, mientras ella está escondida en su habitación dentro del castillo extranjero, en el que desempeña tareas indignas de su rango. 
 El Príncipe, que está espiando por un pequeño orificio, la ve en todo su esplendor. Cuando tiene lugar el banquete de bodas, se invita al Rey y nuevamente se le sirven alimentos sin sal. Al preguntar el motivo, se le dice que él asesinó a su hija por decir que lo amaba tanto como el pan ama a la sal. 

El Rey se arrepiente, la heroína da a conocer su verdadera identidad y se produce la reconciliación, encargándose la justicia divina de las malvadas hermanas, y los buenos colaboradores son recompensados de acuerdo al más puro estilo moralista de los auténticos cuentos de hadas. El empleo de la sal como respuesta verdadera no es fortuito. La sal lleva consigo un símbolo universal que se adapta especialmente a esta situación. Las tres hermanas representan, nuevamente, el cuerpo, el alma y el espíritu: la sal simboliza el espíritu, lo incorruptible, también simboliza la inmortalidad, la permanencia, la fidelidad y la amistad. Comer sal con cualquiera es crear un nexo que impida causarle cualquier daño. En el simbolismo de la Alquimia actúa sobre otros dos elementos, el azufre y el mercurio, estabilizándolos y “fijándolos”. Valentín dice: “Existe el azufre, el mercurio y la sal, los tres son el Espíritu, el Alma y el Cuerpo”. 

En los cuentos de hadas populares la sal tiene importancia también debido a sus poderes mágicos y a que actúa como amuleto. Rociando con sal se evita que las hadas roben a un recién nacido y se colocaba en los labios de los bebés romanos de ocho días para alejar a los espíritus. Las hadas no pueden comer alimentos con sal. 

Cenicienta en la India y en la China 

Posiblemente las historias más antiguas sobre la Cenicienta procedan de la India y de China. 
En el primero de estos países la heroína sufre los malos tratos de su madrastra y una vaca se encarga de alimentarla. Cuando la madrastra descubre esto, mata a la vaca (ya de por si un crimen religioso), pero Cenicienta recoge los huesos, la piel y los cuernos, con lo que la vaca vuelve a la vida y, cuando las hermanastras se marchan al palacio donde el Príncipe debe escoger una novia y Cenicienta se queda en casa para realizar tareas serviles, la obsequia con espléndidos vestidos y zapatos de oro. 
Al verla en el palacio, el Príncipe se enamora de ella, la persigue y ella pierde un zapato, se esconde en un granero, pero un gallo revela al Príncipe su escondite. 

Cenicienta y el Príncipe se casan y la madrastra y las hermanas reciben su castigo. En otra versión dejan abandonada a la hija en la selva y allí recibe alimentos milagrosamente, pierde un zapato, que encuentra un príncipe que ha salido de caza y jura que se casará con la dueña y con ninguna otra. 
En la versión china de Cenicienta, un hombre tiene dos esposas y una hija, Yeh-hsien, que quiere mucho. La madre de Yeh-hsien muere y la otra esposa la maltrata y la obliga a realizar trabajos serviles y peligrosos, como puede ser recoger leña en el bosque y sacar agua de pozos profundos. 
Un día, con el agua que sacaba del pozo salió un pez de aletas rojas y ojos dorados y Yeh-hsien lo pone en una pecera con agua. Crece el pez día a día hasta que llega el momento en que no hay una pecera suficientemente grande para darle cabida. Lo devuelve al pozo, pero vuelve a aparecer todos los días y Yeh-hsien lo mima y alimenta. 

La madrastra lo ve y, sirviéndose de una estratagema, se apodera del pez y lo mata. La muchacha recoge las espinas y la piel, que adquieren la propiedad de satisfacer deseos. A Yeh-hsien se le encomienda entonces que cuide los árboles frutales y se le prohíbe asistir al Gran Festival de la Cueva, pero el pez le entrega un vestido hecho con plumas de martín pescador y unos zapatos dorados, que son “ligeros como una pluma” y que no hacen ruido, ni siquiera cuando camina sobre piedras. Ataviada así la joven, está tan “hermosa como un ser celestial”. Asiste al Festival, pero se marcha apresuradamente cuando la reconocen la madrastra y las hermanas. En su huída pierde un zapato, que es recogido por un aldeano y vendido al Rey, que ordena que se lo prueben todas las mujeres del reino. Pero, como resulta una pulgada más pequeño que el más diminuto de los pies, se inicia entonces una búsqueda exhaustiva y Yeh-hsien es descubierta por fin y se presenta con su vestido de plumas y sus zapatos dorados. 

La madrastra y las hermanas mueren alcanzadas por un desprendimiento de piedras. En otra versión posterior, una vaca encarna el espíritu de la madre de Yeh-hsien, con lo que se introduce el elemento sobrenatural. Arthur Waley, que encontró y tradujo la historia, dice que el vestido de plumas de martín pescador es un motivo típico del cuento de la Doncella Cisne. 

Versiones Europeas 

En Europa hay una versión italiana que presenta una asociación con el simbolismo de la calabaza. Una mujer da a luz una calabaza, sin darse cuenta de que dentro hay una hermosa niña. La abandona en el bosque, donde la encuentra un Príncipe y, después de las vicisitudes de costumbre, termina por casarse con Zucchettina. Esta versión puede haber tenido alguna influencia en la transformación de la calabaza en carroza. La calabaza puede guardar también relación con la Vasija de Cierre Hermético de la Alquimia, en la que se produce la transformación y la transmutación. En algunas variantes italianas, Zucchettina va al baile en una carroza de cristal, y en otra versión, también italiana, hay un grano mágico, símbolo de la fertilidad, cuya fruta sólo puede arrancar la Cenerentola. 

En Polonia, el cuento comienza con un tema de Blancanieves, con la madrastra hablando con un espejo mágico o, a veces, con un pájaro, al que pregunta quién es la más hermosa del país. Se ordena la muerte de la heroína por ser la más bella, pero ésta huye y consigue un trabajo servil como porquera en un castillo. La ayuda sobrenatural le permite hacerse con los vestidos de gloria que viste para ir a la iglesia, donde el Príncipe la ve y se enamora de ella, aunque Cenicienta escapa. 

El Príncipe no la reconoce cuando la ve como porquera y, por descuido, pierde un anillo y después un bastón, que son recogidos por la muchacha y que usarán más tarde como objetos de identificación. En la tercera visita a la iglesia el Príncipe hace que pongan alquitrán en los peldaños y allí se queda pegado un zapato de Cenicienta. Después de reconocer el anillo, el bastón y el zapato, la pareja contrae matrimonio y la cruel madrastra se desmaya de ira. 

El plan de poner alquitrán en los peldaños para descubrir a Cenicienta aparece también en una versión dálmata, en la que los vestidos están hechos con las nueces de un árbol mágico y la identificación tiene lugar cuando Cenicienta aparece en el último baile calzando un solo zapato. 
En una versión portuguesa, en la que Cenicienta recibe la denominación de “La Gata del Hogar”, su primera tarea consiste en hilar, siendo la vaca el animal colaborador que le brinda ayuda sobrenatural, aunque después es asesinada por la madrastra. Entonces aparecen en el cuento otros temas: las entrañas del animal se transforman en una pelota de hilo dorado, al estilo de Ariadna, que guía a la heroína a un pozo, por el que penetra en un reino de hadas. Allí encuentra cosas desordenadas, las ordena y, como recompensa se le concede la satisfacción de un deseo. 

La Reina envía entonces a su propia hija al mismo pozo, pero ésta es desobediente y perezosa y las hadas la castigan con la fealdad y, cuando habla, de su boca sale inmundicia, un motivo que aparece con frecuencia en cuentos de dos hermanas. Cenicienta se ve relegada a las tareas de la cocina, pero, mediante el deseo cuya satisfacción se le ha concedido, consigue los espléndidos vestidos que necesita para ir a las carreras, y la tercera vez que va pierde un zapato. Después viene el reconocimiento por medio del zapato y la justicia divina castiga a la madrastra y a la hermana fea, que son condenadas a muerte. En otra versión, un pez dorado ocupa el lugar de la pelota dorada. 

El pez pide que lo arrojen al pozo y guía a la heroína hasta la entrada al reino de las hadas. 
Las versiones inglesas difieren, entre otros detalles, en la causa original del rechazo de la heroína. 
En “Tattercoats”, su nacimiento produce la muerte de su madre y la niña tiene que ir a trabajar en la cocina, donde entabla amistad con un muchacho que cuida gansos y tiene la facultad de encantar con su música. Un príncipe que va de visita ve a Tattercoats, se enamora de ella y la invita a asistir al baile de medianoche. Ella llega vistiendo andrajos, seguida por el muchacho y sus gansos. 
Los invitados se ríen de ella, pero la muchacha y sus acompañantes se acercan al Rey y entonces el Príncipe la presenta como su novia. El muchacho que cuida los gansos toca entonces música encantadora y Tattercoats se transforma, apareciendo con vestidos radiantes, cubierta de joyas y llevando una corona dorada. Todos los gansos se convierten en pajes, que llevan su larga cola, y el cuidador desaparece. En las variantes Rushen Coatie y Mossy Coat, la Reina, en su lecho de muerte le dice a su hija que una ternerilla roja le facilitará todo lo que le pida. Después viene el segundo matrimonio del Rey y la relegación de la heroína a trabajos serviles. 

Cenicienta se ve privada de todas sus ropas buenas y, a cambio, se le entrega un abrigo de junco o musgo. Ella tiene su sitio junto a las cenizas del hogar y se le encomiendan tareas imposibles, como dar de comer a toda la familia con un dedal de caldo, una miga de pan, un grano de cebada y un hilo de carne, mientras la madrastra y las hermanas van a la iglesia. Aparece la ternerilla roja y la abastece de todo, sacándolo de sus orejas. De la izquierda sale pan, de la derecha, queso y sucede lo mismo con todo lo demás. Este episodio de las orejas aparece en otras versiones, además de la inglesa. Sorprendida ante el milagro de la comida, la Reina encarga a sus hijas que espíen a Cenicienta y ordena la muerte de la ternera. 

Cenicienta recibe la orden sobrenatural de recoger los huesos y ponerlos debajo de una piedra y, desde ese momento adquieren la propiedad de satisfacer sus deseos. Cuando llega la Navidad hay servicios especiales en la iglesia, a los que Cenicienta quisiera asistir, pero de nuevo le encargan tareas imposibles y aparece otra vez la ternerilla roja y le presta su mágica colaboración para preparar los alimentos, entregándole también a la muchacha los espléndidos vestidos y las zapatillas de cristal. Hay tres visitas a la iglesia, se repite el motivo de los tres vestidos (cada uno mejor que el anterior) y el Príncipe ve allí a la joven y se enamora de ella. Como de costumbre, Cenicienta escapa, pero en la tercera ocasión el Príncipe pone guardias en la puerta y la heroína tiene que saltar por encima de sus cabezas, perdiendo en este esfuerzo una zapatilla. Después viene la proclama del Príncipe y el intento de ponerse las zapatillas las hermanastras. 

En muchas versiones, inglesas, escocesas, alemanas, danesas, rusas, escandinavas, islandesas y demás, las hermanas se mutilan los pies, cortándose el dedo gordo o el talón para lograr que entre su pie en la zapatilla (la Reina les dice que no necesitarán utilizar sus pies cuando estén casadas con el Príncipe). Engañado de esta manera, el Príncipe se marcha con ambas hermanastras, una después de otra, pero en ambas ocasiones lo desengaña un pájaro diciéndole la verdad. En la versión escocesa, un pájaro canta: 

“Talones horrorosos y dedos mutilados cabalgan detrás del joven Príncipe, 
pero los pies bonitos, los pies sanos se esconden detrás de la caldera”. 

En la versión danesa, la canción es ésta: 

“No pueden calzar el zapato, aunque se corten el talón y los dedos. 
Sólo la doncella que hay en la cocina puede ponerse el zapato dorado”. 

En la versión escandinava las hermanastras no pueden bailar en la boda por tener los pies mutilados. En las versiones en que las dos hermanas, celosas porque la madre favorece a Cenicienta, matan a su madre y se la comen, encontramos indicios de antiguos ritos caníbales. Cenicienta recoge los huesos, que le brindan ayuda mágica contra las maquinaciones de sus hermanas mayores. 
Otras variantes, como el cuento portugués, combinan el tema de Cenicienta con el de la madre que tiene una hija fea, a la que prefiere, y otra hija hermosa y buena, a la que persigue. Ambas tienen que enfrentarse a pruebas con ancianos, personas que necesitan ayuda, enanos o hadas, la primera no quiere prestar ayuda y es castigada, la segunda muestra su buena voluntad y es recompensada. En otras versiones el Rey se casa con una bruja que tiene una hija fea y malvada. 

El número de hermanastras puede variar, pero la mayoría tiene el número tradicional de iniciación: tres. Algunas veces es la hija menor la amada y mimada, lo que provoca los celos y el rencor de las dos hermanas mayores. En otros pocos cuentos del tipo Cenicienta el héroe es un joven, pero el patrón sigue siendo el mismo: padrastro, rechazo, mal trato, trabajos serviles, tareas difíciles, ayuda sobrenatural y ropas mágicas (o, en este caso, armadura mágica), viniendo esta ayuda bien sea del padre muerto o de animales que colaboran. El héroe sale victorioso en tres pruebas o concursos, consigue la mano de la Princesa, llega a Rey y vive feliz por siempre jamás.


                             

Cooper J.C

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