viernes, 19 de abril de 2019

CUENTOS DE HADAS - Alegorías de mundos internos - EL HÉROE, LA HEROÍNA Y EL ANDRÓGINO




El ambiente del cuento de hadas ha de ser, por fuerza, romántico. El sexo juega un papel importante en el mito, el simbolismo religioso, la saga y la historia, al introducir la interacción dual de los poderes masculino y femenino dentro del marco de una situación amorosa concreta. 
Las aventuras del héroe y la heroína, el príncipe y la princesa, representan la búsqueda de la otra mitad, de la fuerza complementaria mediante la cual se consigue el equilibrio, la armonía y todo lo indispensable para “vivir por siempre feliz”. El poder solar masculino se abre camino en el mundo por medio de su presión egoísta y racional, convirtiéndose, cada vez más, en algo distinto y difuso, hasta que encuentra su opuesto, el lunar, femenino, intuitivo o instintivo, con quien se relaciona y, finalmente, se integra en la unión matrimonial. Esta es la conjunctio de la Alquimia, en la que lo masculino y lo femenino, el Rey y la Reina, se fusionan en la unidad final, el estado en que ya no existen oposiciones ni conflictos, logrando ambos la unidad del Andrógino, el Centro. 

Esta búsqueda de una verdadera pareja tiene lugar en todas las alegorías míticas y religiosas, es la búsqueda del complemento de la integridad personal, mediante la relación y la participación, la disolución de los contrarios para formar una unidad, simbolizada por los opuestos ying-yang encerrados en el círculo unificador. La relación entre el hombre y la mujer es uno de los elementos fundamentales del cuento de hadas. Cada uno de ellos aparece asociado con el otro. 
El desarrollo del carácter, el despertar de un poder latente, el paso de la niñez a la madurez, de la inocencia a la experiencia, avanzando entre tentaciones que fortalecen y purifican, es el motivo central, que abarca toda la gama de relaciones humanas y familiares. El matrimonio es la nota clave del relato, en realidad, más del setenta por ciento de los cuentos giran en torno al matrimonio. 

En algunos, se usa la relación hermano-hermana, héroe-heroína, para representar el equilibro entre opuestos, pero en otros se emplea la misma situación con distinto simbolismo. Cuando el hermano y la hermana han sido inseparables, pero se les obliga a asumir identidades separadas, se evocan condiciones que pueden corresponder a las de la iniciación, con la separación de sexos al llegar a la pubertad. Cada uno de ellos debe desarrollar su propia identidad adulta y pasar por los ritos de iniciación apropiados, pero diferentes. El héroe parte como una naturaleza humana no regenerada y avanza entre pruebas y tribulaciones en busca de su propia alma, para alcanzar la realización del Propio Ser en el viaje que lleva desde el cuerpo al alma y al espíritu. En este proceso no sólo encuentra su propia identidad, sino que ayuda también a otras personas, bien sea poniendo fin a las iniquidades de algún poder maligno, monstruo o dragón, encontrando un tesoro perdido, el Mundo Perdido o, como sucede en los cuentos del Cáliz Sagrado, devolviendo la prosperidad a una tierra desértica. Tener que marcharse del hogar o lanzarse al mundo para hacerle frente en solitario simboliza tanto el trauma del nacimiento físico como la experiencia traumática de tener que alcanzar una madurez física y psíquica en la adolescencia. 

En el mundo espiritual, significa salir en busca de la ilustración. El héroe o la heroína, que en el mito y la saga tienen nombre propio pero en el cuento de hadas son los anónimos Príncipe y Princesa, Tercer Hijo o Hija Menor, representan los ideales de la raza: sus cualidades producen admiración y todos quieren emularlas. El héroe tiene cualidades esencialmente solares: es joven, guapo, de cabellos dorados, va de la luz a la oscuridad y viceversa, caminando por la tierra como el sol lo hace por el cielo. Esto hace que la escuela solar de interpretación lo vea únicamente como el joven dios solar, desafiado y puesto a prueba por el viejo dios de las tormentas, como sugieren la espada, la lanza y el hacha, que son las armas empleadas y simbolizan el relámpago y la lluvia vivificadora. 

El héroe vence al viejo dios y conquista a la hermosa diosa lunar de la vegetación. Otto Rank lo ve como “El héroe recién nacido, el joven sol que se eleva desde las aguas, que se enfrenta primero a las nubes inferiores, pero, finalmente, triunfa sobre todos los obstáculos”. Estos obstáculos son muchos y variados. La historia debe comenzar con algún tipo de problema o golpe de mala suerte, ya que el descenso del alma al mundo de la revelación es el tremendo descenso desde el Paraíso Perdido. En esto, los cuentos de hadas van más lejos que los cuentos folklóricos y las historias de aventuras, más allá de la enseñanza de moralidad y advertencia de peligro. Llevan al héroe y a la heroína a experiencias que concluyen con la realización, la unidad final y la recuperación del Paraíso. Los cuentos folklóricos se detienen en el nivel moral, histórico o psicológico y no trascienden hasta lo sobrenatural o espiritual. Sólo se preocupan por la vida práctica del mundo, no por la misteriosa rueda de nacimiento-muerte-renacimiento, que es el importante legado de los cuentos de hadas. Aunque las situaciones de los cuentos de hadas son indudablemente humanas, se encuentran, sin embargo, un paso más allá de la vida humana corriente, porque puede suceder cualquier cosa y todo es posible, ya que están relacionados con un mundo sobrenatural. 

Los hechos y los sentimientos, aunque se expresan en términos humanos, están transformados y espiritualizados. Los héroes y las heroínas tienen virtudes, pero no vicios (éstos últimos se dejan para los villanos o anti-héroes). Los hermanos estúpidos, codiciosos o taimados y las hermanas feas actúan todos como contraste para que destaquen claramente las virtudes del héroe o la heroína. Incluso cuando el protagonista tiene una personalidad simplona, esta deficiencia es más aparente que real y, en última instancia, le resulta útil y contribuye a su triunfo. Sólo en raras ocasiones actúa de manera contraria a lo que se espera de su personaje, cuando ignora las instrucciones de su animal colaborador o consejero, como el Pájaro de Oro, pero, incluso en este cuento, termina por entrar en razón y el animal, con una tolerancia infinita hacia la estupidez humana, sigue ayudándole y hace que la aventura tenga un final feliz.



El Agua de la Vida de los Hermanos Grimm.
Ilustración de Ethel Franklin Betts
  La fuente alquímica de la vida. De Rosarium Philosophorum (1550) 


Algunas historias de héroe podrían tener su origen en los sueños, pero la mayoría se ajustan a los patrones de nacimiento-muerte-renacimiento, iniciación y Paraíso Perdido y Recuperado. 
Este grupo de cuentos habla de los esfuerzos que realizan la mente y el espíritu para comprender los deseos e impulsos interiores, el temor al aislamiento, el vehemente deseo de unidad y la búsqueda de la perfección. Los cuentos de hadas se parecen a los sueños en que dan forma a este mundo interior de poderes buenos y malos, de motivos ocultos, de imperfecciones, fortalezas y debilidades. También pueden provocar la entrada de fuerzas espirituales superiores al mundo de lo manifiesto, lo que supone una hierofanía (llegada de un ser sobrenatural, persona sobrehumana o héroe). 

Las pruebas por las que pasa el héroe se ajustan al patrón de las pruebas rituales de la ceremonia de iniciación y son esencialmente masculinas: el héroe tiene que demostrar su masculinidad, como en las costumbres tribales. Algunas, en cambio, se parecen más a la lucha del hombre contra las fuerzas elementales de la naturaleza. Aquí, puede figurar entre las pruebas el hallazgo de flores, frutas o bayas fuera de temporada o lejos de su ambiente natural, conseguir leche de león o tres pelos del diablo, encontrar un pájaro mágico o el agua de la vida. Estas pruebas se encuentran en el mito de la épica gilgámica y en los viajes de Ulises y Perseo. Hay otras pruebas de ingenio, como la resolución de acertijos, que siguen el patrón de Edipo y la Esfinge, o la pelea contra un monstruo, duende o poder sobrenatural, como lo demuestra el mito de Orfeo y el escandinavo Hal, mientras que tareas como las de Nicht Nought Nothing nos recuerdan los trabajos de Hércules. Las historias de tentaciones suelen ser de tres tipos: la esposa de Putifar o el tema de Fedra e Hipólito, donde la seductora está enamorada del seducido, la de Gawain, en que la dama no ama al héroe, pero necesita su ayuda, o, por último, el caso en que la diosa o hada atrae a un héroe mortal hacia el otro mundo, pero primero quiere poner a prueba su verdadera valía. 

A veces la tentación está clara y se ha presentado con anterioridad a otros aspirantes, que fracasaron, en otras ocasiones es tan sutil que el héroe no se da cuenta de que lo están poniendo a prueba. 
Sin embargo, hay otro tipo de prueba, conocida como el Anfitrión Exigente, que recurre a la cortesía, una cualidad muy valorada entre las hadas. El que pone la prueba, el Rey o dueño del castillo, hace peticiones completamente absurdas e ilógicas, a veces hasta crueles, pero la cortesía natural del héroe, en cumplimiento de los caprichos de su anfitrión, logra su desencantamiento y el de sus súbditos. Con ello, el héroe conquista el reino, un castillo y una esposa hermosa y de linaje real. 
Este es, básicamente, el tema de los cuentos del tipo de La Bella y La Bestia y La Esposa Abominable. 

Culminar con éxito estas pruebas asegura la unión y felicidad del héroe y la heroína y la ruptura del encantamiento maléfico. En el mito, la leyenda y el cuento de hadas, el héroe o la heroína se aventuran a entrar en un reino encantado, donde se encuentran con seres sobrenaturales, predispuestos para el mal, que pueden intentar matar, encantar o expulsar al protagonista. Mediante el derrocamiento de estos poderes, después de pruebas y tentaciones, se puede desencantar a una persona o un lugar y devolverlo a su dueño legítimo, o se puede ganar la entrada al Otro Mundo, mediante el matrimonio con un ser inmortal. Cada prueba está dispuesta para asegurarse de que el héroe o la heroína cumplen con las normas más elevadas y todas estas pruebas y tentaciones son reflejo de las que tienen lugar en los ritos de iniciación de todo el mundo. 

El héroe del cuento de hadas, aunque desciende del mito y la saga, se ha desprendido, en parte, de su carácter mítico, de tal forma que no preocupa tanto su nacimiento y muerte como los actos heroicos que realiza en la vida y, sobre todo, la forma de encontrar a la heroína y lograr la unidad con un final feliz. En la mayoría de los casos, tanto el héroe como la heroína o son de linaje real o hijos de campesinos. Derivados del mito y la saga, que están concebidos por la aristocracia y para la aristocracia y se transmiten después a los campesinos, los cuentos de hadas expresan la herencia de ambos orígenes y en ellos ambas clases se encuentran y se mezclan con naturalidad: una como centro que controla el ritual antiguo, la otra imitándola y transmitiéndola a los ritos y ceremonias populares, como festivales, carnavales, fiestas y ocasiones en que se narran cuentos como un ritual. 

Aunque el héroe o la heroína sean de origen campesino, siempre hay alguno de ellos que está destinado a convertirse en Rey o Reina, aunque, antes de que pueda suceder esto, tienen que enfrentarse siempre con la hostilidad, ya sea de parientes inmediatos o de algún poder, y su vida está constantemente bajo una amenaza. Con frecuencia, se produce una amenaza contra su vida en el momento de nacer y hay que esconder al niño o lo crían unos padres adoptivos o algún animal guardián en un lugar remoto, donde él o ella permanecen en la ignorancia de su propio linaje. 
Estas historias siguen el patrón del mito y el simbolismo del que nace dos veces. 

El hombre no se da cuenta de su verdadera naturaleza hasta que se la revela la experiencia de la vida. Para poder establecer un equilibrio entre los poderes de la luz y la oscuridad, siempre hay una fuerza opositora o enemiga que vencer. Esta tensión de los opuestos provoca la lucha que desarrolla los músculos a nivel físico y, en un plano superior, los poderes psíquicos y espirituales. Es también la interacción de los dos grandes poderes, el pasivo y el activo, el femenino y el masculino, el ying y el yang. A menudo, el padre del héroe o la heroína es un leñador o carpintero que vive al borde del bosque, como en Hansel y Gretel y otros cuentos. 

La madera representa la integridad del estado primitivo y brinda cobijo desde el nacimiento hasta la muerte, en la cuna, lecho matrimonial, casa y ataúd. En Oriente es la materia prima y el carpintero con sus herramientas representa el poder divino de la creación, que pone orden en el caos. En otros casos el padre puede ser un herrero, un artesano que crea formas también. En la mitología, Tvashtri, padre de Agni, era el arquitecto del mundo y Cinyras, padre de Adonis, era un carpintero, Cristo fue el hijo de un carpintero y siguió la misma profesión. Sin embargo, otro esquema mitológico que se sigue con frecuencia es el del pastor o pescador. Es obvio el simbolismo del primero como protector y salvador y el Buen Pastor aparece en todo el mundo, desde el Dalai Lama tibetano (como una reencarnación de Chenrizing), al egipcio Ra, el iraní Yima, el griego Orfeo Boukolos y Cristo en el Nuevo Testamento. Buda, Orfeo, Cristo, todos fueron Pescadores de Hombres. Otra característica del héroe en la mitología y en los cuentos de hadas es que su nacimiento tiene lugar a menudo después de estar sus padres mucho tiempo sin hijos y, con frecuencia, hay alguna profecía sobre el destino del niño o su influencia en el destino de los demás. Para evitar que se cumpla la profecía, se abandona al niño en la selva o se le arroja a las aguas. 

El Karma Hindú, cuya madre virgen fue fecundada por el dios solar Surya, el babilonio Sargón, el egipcio-hebreo Moisés, los griegos Edipo, Danae y Perseo, los romanos Rómulo y Remo y el teutón Sigfrido, todos ellos son precursores del héroe abandonado del cuento de hadas. El héroe, cuando no es tun tipo simplón, destaca en todo entre sus hermanos y demás de su edad: es más guapo, más inteligente y más maduro, con lo que provoca envidias y resentimientos. En contraposición a todas las costumbres reales, puede cabalgar y viajar por selvas y desiertos y países extranjeros, sin necesidad del séquito o acompañamiento. En esto vemos el simbolismo antiguo del rey o sumo sacerdote electo, partiendo solo para encontrarse con la divinidad. En su viaje, el héroe es, como señala Lord Raglan, una persona ritual que emplea armas rituales para dar un golpe ritual. De aquí la uniformidad existente entre el mito, la saga y el cuento de hadas en cuanto a las armas y métodos empleados y los resultados obtenidos. 

Las Pruebas Heroicas 

Las pruebas y tribulaciones llevan, finalmente, a la conquista de la novia y del reino. La muerte trágica del héroe es propia de la saga, la épica y la leyenda más que del cuento de hadas. Las primeras nos hablan de las cosas tal como se ven en un mundo de tribulaciones, alegrías y penas, el último nos las expone tal como podrían y deberían ser, con la ayuda sobrenatural. 

En el mundo sensible, existir es sufrir, pero en el reino del espíritu todo es posible y con esta libertad vienen la alegría y la felicidad. Las historias trágicas simbolizan los designios del destino, inevitables para los humanos, en el cuento de hadas interviene la ayuda sobrenatural o algún duende travieso que ayuda al héroe o la heroína a escapar felizmente de las redes del destino. Lo que no se puede ni siquiera imaginar es que algún héroe pueda caer en la ignorancia, envejezca o contraiga una enfermedad. Debe morir heroicamente como en la saga o vivir por siempre feliz, como en los cuentos de hadas. La costumbre de tener que conquistar la novia es un ritual antiguo. 

El Mahabharata habla de las pruebas impuestas a quien aspira a la mano de la hermosa princesa Draupadi, Brunilda impuso pruebas de fuerza a todos los que aspiraban a casarse con ella y, en China, una bella princesa se mantenía en la cima de una montaña inaccesible o en el centro de un lago custodiado por un dragón. El tema se repite con frecuencia en Las Mil y Una Noches y en casi todos los países se oyen historias similares. La heroína se encuentra a veces en algún sitio inaccesible, como en Rapunzel, en una torre alta, algunas veces, especialmente en los cuentos celtas, está en una bóveda encima de un pilar o cautiva de un monstruo o un dragón. 

Este tema de la altura o la inaccesibilidad, significa que lo femenino, como la sabiduría, es algo trascendente, sobrenatural y celestial, pero la sabiduría hay que bajarla a la tierra o liberarla antes de que pueda cumplir su verdadera misión, los dos reinos, el de la sabiduría y el del método, tienen que encontrarse. También puede considerarse como una alegoría del matrimonio, donde la divergencia entre el reino superior y el inferior se resuelve realizando tareas difíciles, que elevan al inferior y hacen descender al superior a un nivel en que puedan encontrarse.


Jack trepa por el tallo de judía. Por George Cruikshank. (Mary Evans Picture Library) 

 En muchas sociedades antiguas, la sucesión real se transmitía por línea femenina, de tal forma que el consorte o futuro rey procedía de otra familia o país y, al casarse, se hacía cargo de la mitad o de todo el reino. No tenía que ser por fuerza de sangre real y hay muchas historias de princesas conquistadas por un príncipe o por alguien de origen humilde, pero con cualidades sobresalientes, que trae sangre fresca a la dinastía y le ayuda a reinar con justicia. La heroína, como el héroe, es hermosa y, generalmente, tiene cabellos dorados, lo que hace que algunas escuelas de pensamiento, especialmente la francesa, vean en la heroína a la Aurora, el Amanecer y la Primavera y en la hermana fea la oscuridad de la Noche y el Invierno. 

Las joyas, el oro, las rosas y los objetos valiosos entregados a la hermana cortés y bondadosa se convierten en la luz y el fulgor del Amanecer, y la inmundicia, los sapos y las víboras que salen de los labios de la hermana fea y descortés se equiparan con los males de la oscuridad. otros encuentran en el príncipe vestigios de un héroe solar divino y en la princesa a la diosa lunar, cuya unión en matrimonio sagrado provoca la interacción y reconciliación de los opuestos y la mística unión del Cielo con la Tierra.

Cooper J.C

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