viernes, 10 de mayo de 2019

CUENTOS DE HADAS - Alegorías de mundos internos ANIMALES, GUARDIANES Y COLABORADORES



Las historias en que figuran animales como colaboradores o guardianes son innumerables y están difundidas por todo el mundo. En ellas figuran los animales propios de la comarca, incluidos reptiles y aves. Naturalmente, los que ayudan suelen ser con más frecuencia los domésticos, especialmente la vaca, el caballo, ovejas, perros y gatos, pero hay algunos países donde los leones, cocodrilos, osos, lobos, zorros, nutrias, castores, ratones y hasta los insectos actúan como guardianes y guías, lo mismo que aves como buitres, águilas, cuervos y palomas o peces, en especial el salmón y la trucha sagrados de los celtas o un pez dorado, brindan ayuda desinteresada. 

Hay ocasiones en que hasta llegan a sacrificarse para poder ofrecer el alimento que necesita el protagonista o su piel para que se disfrace y, aunque es tabú matar a un animal colaborador, hay ocasiones en que se sacrifica o lo asesina por despecho la malvada madrastra o algún enemigo. 
En ese caso sus huesos o sus entrañas tienen poderes mágicos o surge de su cuerpo algún objeto que puede seguir colaborando, sirviéndose de la magia. Hay casos en que el animal vuelve a la vida milagrosamente, en otros, entrega objetos mágicos, como un anillo o una piedra, que pueden realizar maravillas. En algunos cuentos, el animal nace al mismo tiempo que el héroe o la heroína y actúa como su sirviente personal, realiza tareas difíciles y tiene poderes mágicos de transformación, como ocurre en El Rey de los Peces o en El Caballo Mágico, sin mencionar los muchos casos en que los animales acompañan y auxilian al hijo menor y su frecuente aparición en las diferentes versiones de Cenicienta. También hay animales sobrenaturales, especialmente vacas en el folklore celta, que ofrecen alimento a todo el que lo necesita (leche, mantequilla y queso sin limitaciones). 
En la Mitología se dan muchos casos en que un animal amamanta al héroe. 

A Zeus lo alimentaron las abejas y una cabra, a Atlanta y Paris los amamantó una osa, a Rómulo y Remo una loba, a Télefo, una cierva y fue una cierva también la que ofreció leche a Sigfrido, Elijah fue alimentado por cuervos. Los dioses adoptaron con frecuencia la forma de un animal colaborador o un pájaro y hay muchos detalles que nos hacen relacionar la idea de un animal colaborador con la ayuda e intervención divinas. Los reptiles también tienen poderes sobrenaturales. A la serpiente se le ha atribuido siempre el don de la sabiduría secreta, al vivir bajo tierra está en contacto con los poderes del submundo y posee la magia y el conocimiento de los muertos. Pero también se la relaciona con los rayos solares y con los dioses del sol y las madres de la tierra, por lo que no debe resultar sorprendente que en los cuentos de hadas pueda conceder poderes sobrenaturales a los hombres y les enseñe el lenguaje de los animales. 

En la Mitología, Casandra, Melampas y Heleno recibieron de las serpientes el don de la profecía. 
El genio romano que representaba y protegía a cada persona, se simbolizaba frecuentemente como una serpiente. Son muchos los cuentos de animales agradecidos y varían desde el brahmán que salva de la muerte a un ratón, un mono y un oso, a costa de todo su dinero, que recupera después, gracias a los esfuerzos combinados de estas tres criaturas agradecidas, también se cuenta que un cachorro de perro y otro de zorro convencen a una rata para que ayude a su amo. Una historia gitana inglesa habla de cuando el Rey de los Ratones ayudó a Jack, un héroe polinesio salva a una garza del ataque de una serpiente, por lo que la garza llama a todas las aves para que acudan en ayuda de su salvador, un caballo trae la buena fortuna a un bondadoso héroe pawnee, a una heroína zulú la alimentan las palomas y un héroe lapón ayuda a un oso, un lobo y un perro, que, posteriormente, acudieron en su auxilio. A un héroe bantú le ayudó un cocodrilo agradecido, que desde ese momento se consideró animal sagrado, apareciendo aquí el culto a los animales que encontramos en muchos cuentos. 

El ciclo de Aladino tiene serpientes, gatos y peces agradecidos y un cuento eslavo hace que intervengan hormigas y abejas también. Una historia tamil habla de ranas y hormigas agradecidas, una serpiente recompensa a un Emperador chino y una gallina de guinea hotentote cuida de tres hermanos. Los animales colaboradores no sólo ayudan a los seres humanos, sino que también lo hacen entre ellos mismos en los cuentos que tratan de la bondad animal y de la insensibilidad humana. Son muchas las variantes y los incidentes que las diferencian. Muchas de estas historias tienen su origen en fuentes de influencia budista, especialmente el Jataka. 

La cooperación entre hombres y animales se encuentra en todas las sociedades; desde la primitiva en que se creía que el hombre y los animales podían intercambiar sus identidades, hasta las más avanzadas que siguen la tradición de aquellos tiempos del Paraíso, en que dioses, hombres y animales vivían en perfecta armonía y hablaban el mismo idioma. Estos dos puntos de vista, opuestos pero complementarios, los analiza Lang desde su perspectiva antropológica primitiva, viendo en los animales parlantes y las bestias, que conversan como hombres con una comunicación fácil y sin distinción alguna, unos signos de barbarie y primitivismo. 

Eliade, en cambio, observándolo desde el punto de vista de la mitología y la religión comparada, escribió: “Hemos de darnos cuenta de que, dentro del alcance de una mente arcaica, ganar la amistad y el dominio espontáneo de un animal no significa ninguna regresión a un nivel biológico inferior, ya que, por un lado, se atribuye a los animales un simbolismo mitológico de gran importancia en la vida religiosa, con lo que comunicarse con los animales, hablar su idioma y hacerse su amigo y amo es apropiarse de una vida espiritual mucho más rica que la vida meramente humana de los mortales ordinarios. Por otro lado, además, ellos conocen los secretos de la Vida y de la Naturaleza”. Los animales simbolizan lo instintivo y lo intuitivo de la vida, una respuesta directa a las fuerzas de la naturaleza, un entendimiento mejor y espontáneo que el hombre ha perdido o ha permitido que se le atrofie, pero que puede recuperar cualquiera que pueda establecer una relación íntima con un animal. Los animales colaboradores imparten este conocimiento y reaccionan por instinto y son muy efectivos en tiempos de crisis, cuando la razón resulta ineficaz, cuando no hay tiempo para pensar y la reacción debe ser inmediata, tienen un poder que parece mágico en su habilidad para guiar al héroe o la heroína por el sendero adecuado. 

Los animales colaboradores pueden ser también totémicos y tener en realidad alguna relación con el protagonista o pueden ser algún miembro de la familia que se encuentra bajo los efectos de un encantamiento. Desde los reyes y reinas nagas hindúes o genios, mucha gente ha afirmado que desciende de animales. En Escocia e Irlanda dicen que descienden de focas, en Irlanda, también de pájaros y hasta hay quien dice descender de lagartos, perros y ranas. La tradición indígena americana habla de una mujer que se casa con un perro y tiene cachorros, después, al descubrir huellas infantiles, se da cuenta de que, en su ausencia, los cachorros se han transformado en niños. 

Hace que desaparezcan las pieles de cachorro y sus hijos siguen siendo humanos. Una mujer secuestrada por un animal (generalmente un oso en Europa) tiene un hijo con él y le confiere una cualidad especial y excepcional al héroe que engendró, dándole por igual los poderes del mundo animal y los del humano, lo racional y lo intuitivo. Otras historias indígenas americanas mencionan al padre como cisne o como lobo. Las familias formadas de la asociación entre animales y seres humanos se encuentran también en la mitología europea, asiática, africana y australiana aborigen y las apariencias de animal y ave adoptadas por Zeus son conocidas por todos.


Cambio de apariencia

La adopción ritual de apariencia animal, poniéndose máscaras con rasgos de animales, tocados, pieles de peces o aves, fue una característica de las religiones primitivas basadas en la magia y la brujería. Las máscaras de animales se empleaban en los ritos egipcios. Los sacerdotes de Atargatis y Ea-Oannes se vestían con pieles de peces. Los bacantes vestían pieles de gamo y los jefes africanos vestían pieles de león para las ceremonias. Este cambio de apariencia es frecuente en la Mitología cuando se trata de animales que se consideran sagrados y protectores.

Los dioses, como el egipcio Anubis y los hindúes Gansha y Hannuman tenían apariencia animal. los médicos-brujos, como se ha dicho antes, vestían mantos de plumas, con los que subían simbólicamente a los cielos. Estas apariencias animales se adoptaban principalmente en las ceremonias de iniciación y en las sociedades secretas: el mitraísmo empleaba disfraces de pájaros y animales en sus grados de iniciación. Los ritos iniciáticos para pasar de un plano ontológico a otro por medio de un animal, generalmente una vaca o una ternera, son antiquísimos y se encuentran en el mito egipcio y en la mayoría de las sociedades tribales.

En las ceremonias iniciáticas de la muerte se cubría con frecuencia al neófito con una mortaja de piel de vaca o toro, en las prácticas de brujería se empleaban diversas pieles, como las de lobo en los ritos tribales de los indios de América del Norte. Las que aparecen en los cuentos de hadas son formas decadentes de estos rituales. En un cuento alemán un perro se convierte en príncipe, en Francia, una gata se convierte en princesa y en Escandinavia y Rusia un caballo se transforma en un príncipe.
El dios Proteo, que cambia su apariencia, es un personaje que aparece tanto en el mito y el folklore como en el cuento de hadas. Es alguien que puede aparecer bajo distintos disfraces y generalmente no revela su identidad hasta el final, eludiendo, a lo largo del cuento, con respuestas ambiguas y enigmáticas cualquier pregunta sobre su verdadera identidad.

Odín era también otro dios famoso por su facilidad para cambiar de apariencia y estaba también versado en magia y brujería. Estos cambios de apariencia se daban también en la magia que practicaban los druidas y las sacerdotisas, contra los que clamaba San Patricio, pero después pasó esta transformación a la leyenda cristiana cuando el mismo San Patricio y sus seguidores se convirtieron en ciervos para huir de sus enemigos. Todos los brujos y brujas poseen estos poderes: las brujas pueden adoptar cualquier apariencia, no sólo de animales, sino de cosas inanimadas, como olas de mar, tal como figura en un cuento escandinavo y vasco que narra la historia de una bruja que pretendía destruir un barco con olas de leche, lágrimas y sangre, con el descuido característico de los personajes malignos de los cuentos de hadas, se puso a hablar sola, el grumete la oyó y la mató tirándole un arpón, con lo que salvó el barco. Después, el capitán encontró a su esposa-bruja agonizando en su hogar. En la tradición china y japonesa es el zorro el que más se caracteriza por su facultad de cambiar de apariencia.

Las hadas pueden, por supuesto, cambiar las formas de los objetos con un toque de su varita mágica y ellas mismas pueden aparecer bajo cualquier forma: Ya que los espíritus, cuando quieren, pueden adoptar cualquier sexo, o los dos, tan sutil y sencilla es su apariencia pura … En cualquier forma que escojan, dilatada o condensada, brillante u oscura, pueden realizar sus etéreos propósitos. 

(Milton, El Paraíso Perdido, I, 423) 

Otro personaje que puede cambiar su apariencia, aunque con poderes de menor categoría, es el duende travieso o Robin Goodfellow, “el que barre el polvo y limpia la casa, entretiene a las doncellas en el campo con acertijos y les hace todas las tareas ingratas” (Ben Johnson, El Amor Recuperado, 1616). Al no ser tan etéreo como las hadas, tiene más limitaciones y para entrar necesita que estén abiertas las puertas o ventanas, pero puede adoptar cualquier apariencia.

 Animales que Hablan y pájaros Sabios

Los animales y los pájaros son con frecuencia testigos de acontecimientos y puede testificar y probar la inocencia del héroe o la heroína, o pueden llevar a cabo la venganza y encargarse de que se haga justicia. Los animales que hablan no se encuentran sólo en los cuentos de hadas, sino también en las escrituras y mitos persas, budistas, hebreos, griegos y romanos. En muchas culturas antiguas se creía que los animales y los pájaros podían alcanzar una sabiduría y unos poderes a los que no tenía acceso el género humano. A veces se servían de los pájaros para designar el gobernante o sucesor que tenía derecho legítimo. Los tártaros tenían una tradición y elegían a sus gobernantes por medio de un cuco que descendía sobre su cabeza y un cuento curdo nos habla de “el pájaro que decide”, sin especificar de qué especie era, al que se recurría para elegir al mejor príncipe. En una historia de Cachemira es un halcón el que se encarga de elegir al gobernante. En otras ocasiones aparecen criaturas diversas como caballos, elefantes y serpientes para elegir al gobernante legítimo. 

Los pájaros siempre han sido los mensajeros de los dioses ya que simbolizan el vuelo, la ascensión a los cielos y la trascendencia a estados superiores de la consciencia: “Un pájaro en el aire llevará la voz, y aquel que tenga alas dirá de qué se trata” (Eclesiastés 10:20). “Los pájaros sabios” hablan y profetizan, en especial el pájaro carpintero y el cuco. Los cuervos, como pájaros parlantes, figuran a veces en las profecías. Odín y Woden tenían dos cuervos que, después de recorrer el mundo, se posaban en sus hombros y les contaban todo lo que habían visto y oído. Pórfido decía que los magos llamaban a los sacerdotes de Mitras, el dios del sol, “cuervos”, y que éstos se posaban en su manto. Los cuervos ocupan un lugar especial en las historias, la mitología celta y la indígena de América. Los pájaros continúan con este papel mítico en el cuento de hadas. 

Descubren la novia falsa en los cuentos de Cenicienta y en la mayoría de los cuentos de todo el mundo, desde los zulúes a los siberianos, desde los chinos a los sudamericanos, el cuervo, la paloma, la urraca, el loro, el cuco, el pájaro carpintero y el gallo acompañan o aconsejan al héroe en su búsqueda, dándole consejos secretos (“me lo contó un pajarito”) y son símbolos de habilidad para contactar con los poderes superiores y obtener su ayuda. Como dijo Plinio, la relación existente entre el lenguaje de los pájaros y la sabiduría se refuerza con la creencia de que se puede aprender comiendo una víbora blanca o una hierba especial, o bien poniendo la lengua de un halcón debajo de la nuestra. La lengua también tiene un gran simbolismo como voz de los dioses y medio de enlace con los poderes sobrenaturales. A menudo se consideraba alimento sagrado y los cazadores se la cortaban a las presas que abatían. Alcatous, hijo de Pélope, mató al león Citerano que asolaba el país y le cortó la lengua, el héroe de los cuentos de hadas corta la lengua a menudo como talismán o testimonio, como El Cazador Habilidoso y Los Dos Hermanos, historias en las que aparecen animales colaboradores. 

Los pájaros y otros animales también pueden transportar al héroe o la heroína a distancias imposibles. Hay además carros arrastrados por animales, que pueden ser pájaros y representan la naturaleza, el ánimo y el poder del conductor del vehículo. Apolo regresó a Delfos desde las regiones boreales en un carro tirado por cisnes, también recorrió el sol guiando caballos blancos o dorados, siendo, tanto el cisne como los caballos blancos, símbolos solares. Poseidón llevó los caballos blancos del mar, y el carro de Freyja, tirado por gatos, es un símbolo lunar y mágico. Los botes tirados por cisnes, que se han dado a conocer sobre todo por la saga de Lohengrin, aparecen con frecuencia en la leyenda y en las historias teutónicas y celtas.


“La Bella y la Bestia” y “La Dama Abominable”

Mientras el pájaro o animal colaborador brinda la seguridad de que la ayuda sobrenatural o instintiva está siempre a mano y que, para disponer de ella en caso de necesidad, basta con pedirla, el animal fiero, demoníaco u hostil representa los aspectos violentos de la naturaleza con que nos encontramos y tenemos que vencer, aunque muchos que parecen hostiles están, en realidad, sufriendo algún hechizo o encantamiento y son seres humanos que esperan su liberación. Así sucede con el argumento de La Bella y la Bestia, que es casi universal, aunque se reduce a dos tipos principales: uno en el que la bestia se encuentra bajo un hechizo total con apariencia repulsiva o forma de animal como dragón, un monstruo, un elefante, un cocodrilo, un reno, una ballena, una tortuga, un águila, una serpiente, un oso, un lobo, un asno o un sapo, o, por otro lado, las versiones similares a la de Amor y Psique, en que está prohibido ver al marido o a la esposa (en este grupo aparece también el tema tabú). 
El argumento común de esta historia es que la heroína queda a merced de la bestia, que al final resulta ser el héroe que ha sufrido un encantamiento, ella lo ve como un monstruo, detectando su presencia por algún medio, o se le prohíbe terminantemente verlo, especialmente por la noche. Se infringe el tabú y él desaparece o ella lo abandona o lo olvida y tiene que realizar tareas difíciles o imposibles para volver a encontrarlo.


Dante en el Bosque Tenebroso. Ilustración de Gustavo Doré para La Divina Comedia. 

 Lo logra con la ayuda de los animales y, finalmente, se casa con el héroe y lo libera. 
A la inversa, tenemos los cuentos de “La Novia Abominable” o “La Pareja Abominable” que aparecen con frecuencia en las historias que tratan de la búsqueda del cáliz de la última cena, en las que el héroe se casa con alguna vieja fea y repulsiva para liberarla a ella y a su país de algún encantamiento mágico. Como dijo Loomis, en el romance del Rey Arturo, “cada joven caballero, cuando aparece en escena, debe demostrar su supremacía como espadachín, o como galán de viejas abominables, su habilidad en cruzar puentes peligrosos, o haber dormido en cementerios encantados”. En el cuento irlandés de Niall de los Nueve Rehenes, los hermanos mayores sienten asco de una vieja abominable que está ante un pozo, pero el más joven la abraza y ella se transforma en una hermosa doncella que dice ser la Soberanía de Erin, “difícil de obtener”. Niall es el típico héroe solar y es hermanastro de los tres hijos mayores. 

La Dama Abominables es la contrapartida femenina de la bestia masculina. Aparece bajo un disfraz espantoso, y, a menudo, está vigilando una fuente, un pozo, aguas o un tesoro, y normalmente pide un beso o un abrazo. A los que se lo niegan les espera alguna desgracia, pero el héroe, que normalmente es el hijo menor, el simplón o el que ha sido criado por padres adoptivos e ignora su identidad, accede a su petición y provoca su transformación en una doncella hermosa y de sangre real, se casa con ella y de este modo se convierte en rey. Ella es la Madre Tierra, la “dama de los muchos disfraces”, y más que ser una persona encantada, como la Bestia, tiene varias apariencias para poner a prueba el valor, la fidelidad y la sagacidad del héroe. Su apariencia más frecuente es la de una serpiente, uno de los muchos disfraces dentro de La Cenicienta, al ser la serpiente uno de los principales atributos de la Gran Madre. 

El cambio de piel en la serpiente es un símbolo de transformación que representa el desechar lo viejo y aceptar incondicionalmente la nueva y renacida naturaleza. A.K. Coomaraswamy, en La Novia Abominable, identifica a la dama repugnante de las versiones hindúes con la mujer serpiente o dragón. En las leyendas del Grial, la damisela es horrenda o ha perdido todo su cabello rubio –esta pérdida simboliza el detrimento de la vegetación de la tierra con la aridez del invierno. Se la conoce muy bien por su posibilidad de cambio de forma, pasando del invierno desértico a la belleza de la primavera. Kali y Lakshimi, Hécate y Demetrio, siendo los dos la misma persona, así como la Bestia o el anti-héroe feo son la otra cara del príncipe guapo, su propio lado obscuro que hay que aceptar para restablecer el equilibrio y llegar a la integración. Interpretado como el mito sol-luna, el héroe solar transforma a la mujer horrible en una hermosa doncella al igual que el beso del sol transforma a la tierra árida en el frescor y las flores de la primavera, también aquí encontramos el significado de la vieja fea como la guardiana de las aguas de la fertilidad. 

La Novia Abominable pasó de la saga y la leyenda a la literatura popular con el cuento de Chaucer de La Esposa de Bath (“criatura más detestable no puede imaginarla hombre alguno”), donde se transforma en una mujer hermosa cuando el héroe se casa con ella, después de ver a las hadas bailando en el bosque. En algunas variantes de Cenicienta aparece el elemento contrario a La Bella y la Bestia, ya que el héroe encuentra a la heroína sucia y sin atractivo alguno o con la apariencia de un gato o piel de asno. Una variación de este tema es también el de la novia desdeñosa o altanera que rechaza a todos sus pretendientes y exige cosas imposibles, el desdén y el orgullo son, como el cuerpo de la bestia, o las pieles de reptiles y demás animales, una forma de disfraz, el aspecto obscuro de la Gran Madre que tiene que vencerse antes de transformarse y revelar su verdadera naturaleza. En el plano moral, el motivo de la Bestia o la Dama Abominable es una lección que nos enseña que no se debe juzgar por las apariencias y que hay que superar el temor. 

Se trata también de uno de los cuentos de amor-transformación que enseñan que el poder del amor es más eficaz y poderoso en sus resultados que cualquier hechizo que se haya conjurado. En este ciclo y en otras muchas historias de matrimonios entre animales y seres humanos no aparece ningún indicio de sodomia dado que el cuento de hadas se encuentra fuera del tiempo y transcurre en un estado natural, en el que la diferencia entre hombres y animales se limita sólo a ligeros aspectos: los dos mundos son mutables entre sí.

Hansel y Gretel se encuentran con la bruja. Ilustración de Ethel Franklin Betts. 

 Podría haber también alguna relación con la antigua creencia en la metempsicosis, por la que un hombre malvado puede reencarnarse en un animal, o un animal noble se puede reencarnar en hombre. En el mito, los dioses con apariencia de animal forman pareja con los mortales, y es así como Zeus convertido en serpiente convive con Kore, bajo la apariencia de toro con Europa y de cisne con Leda. En las sociedades totémicas una tribu se formaba normalmente por la unión de un animal y un ser humano, y es así como el mito de Oceanía está cargado de antepasados animales.


El Laberinto de Creta 



  El Gato con Botas

Como se ha dicho antes, suele ser entre los animales domésticos donde encontramos al animal colaborador y el gato aparece con frecuencia, no sólo en el grupo del Gato con Botas, sino también en muchas variantes de Cenicienta. En una historia noruega, el padre de la heroína le deja al morir, como herencia, un gato que la acompaña cuando va a servir al castillo del Rey y ya en el castillo le da vestidos de cobre, plata y oro y zapatos para que asista al baile. Una versión rusa nos presenta el mismo tema, pero en esta versión aparece un héroe relegado a servicios inferiores a su categoría y que tiene como compañía a un gato que, como en El Gato con Botas, trama el enriquecimiento y el matrimonio de su amo para que pueda vivir feliz. En una historia del Pentamerón el amo es desagradecido con el gato, al cual debe su posición y riquezas, un delito espantoso dentro del mundo de las hadas, y éste se marcha maldiciendo al hombre y diciendo: “Dios os proteja de un hombre rico que ha nacido pobre y de un mendigo que ha amasado fortuna”. En la mayoría de los cuentos el hombre está siempre agradecido al animal que normalmente es un gato en Europa, pero puede ser cualquier otro animal común en el lugar de origen del cuento, como un zorro salvado de la escopeta de un cazador en una versión húngara, una gacela en África, un perro, un mono, un chacal o un conejo.

Caperucita Roja y el Lobo disfrazado. Ilustración de Gustavo Doré 

 El Gato con Botas es un embaucador solamente en el modo de lograr sus propósitos y, por lo demás, es un guardián que mira por la seguridad y la fortuna de su morral. Esta es la misión principal de los animales en los cuentos de hadas, que puede continuar hasta después de su muerte, como sucede con los animales asesinados en el ciclo de Cenicienta y con el caballo Falada en La Niña Oca. 

A menudo aparece un intercambio de situaciones, algunas veces el animal actúa de manera independiente como agente externo, otras hay una relación mutua cuando el héroe o la heroína salva al animal y la criatura, agradecida, actúa como salvador cuando se necesitan poderes como el instinto y la intuición. Estas historias de cooperación entre hombres y animales existen desde tiempo inmemorial: en la antigua India, Sumeria, Egipto y en todas las edades o rincones del mundo. Androcles y el León es una historia bastante conocida, como el cuento de hadas hindú Punchkin, en el que el Príncipe rescata a unas águilas jóvenes y como agradecimiento lo transportan a la selva donde tiene que encontrar un loro verde que tiene el alma de un mago. 

La continuación de la vida de los pájaros y demás animales después de la muerte y la facultad de volver a la vida que se da como cosa hecha en el mito, la saga y el cuento de hadas, sugieren la existencia del otro-yo, el espíritu o el alma, que todas las cosas de la vida tienen un alma y que todas las vidas se reducen a una sola, interrelacionada e interdependiente. Leyland subraya esta creencia cuando escribe que el mago de los Pieles Rojas enseñaba claramente que “todo lo creado, animado o inanimado, tiene un espíritu interior. Todo lo que tenga una idea tiene un alma”.


El lobo, como materia prima, devorando al rey muerto. Del Scrutinium Chymicum (1687), de Maier.

Cooper J.C

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