martes, 30 de octubre de 2018

¿QUÉ ES LA GRAN FRATERNIDAD BLANCA UNIVERSAL? -Parte I



La Fraternidad Blanca Universal no es una de tantas sectas, no se trata de un grupo de creyentes que se han apartado de las religiones oficiales, obedeciendo a un credo y a unas prácticas más o menos excéntricas u originales. Es exactamente lo contrario. Es el conjunto de todos los seres de buena voluntad, de cualquier religión y de cualquier color, sin importar que ellos se conozcan entre sí o se ignoren, a lo largo y ancho de la tierra, puesto que ellos aspiran a la unidad espiritual y están vinculados todos de una forma consciente y deliberada a lo que se conoce como la Fraternidad Blanca. La Fraternidad Blanca es la sublime Fraternidad de los Grandes Maestros espirituales, que han dado y siguen dando a la humanidad los más elevados impulsos, que han hecho nacer civilizaciones, religiones y culturas, que han inspirado y ayudado a los santos, los sabios, los profetas, los mártires, los Iniciados y los genios de todos los países y de todas las épocas. Entre los “Maestros” del pasado más próximos a nosotros se pueden citar, por ejemplo: en la India, Khrisna y Buda; en Persia, Zoroastro; en Grecia, Orfeo y Pitágoras; en Egipto, Hermes-Toth; en Judea, Moisés y Jesús, al lado de tantos otros, conocidos y desconocidos a lo largo de la Historia, que constituyen la auténtica élite de la humanidad, dispuestos siempre a ayudarla. 

Durante casi dos mil años, la Fraternidad Blanca ha permanecido semi-oculta en Occidente, pero ha vuelto a manifestarse abiertamente al final del siglo XIX: Representada recientemente en Bulgaria por el Maestro Peter Deunov, entre los años 1918 y 1944, quien nos legó todos los elementos y métodos para la nueva Cultura, y más tarde por su sucesor, el Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov, quien promulgó su Enseñanza en Francia entre 1937 y 1986, y preparó las condiciones para la puesta en marcha de esta nueva Cultura. Por extensión y con el ánimo de simplificar, se denomina también Fraternidad Blanca Universal al conjunto de las asociaciones que han sido creadas en Francia y muchos otros países, para tener el derecho de hablar, escribir, reunirse, tener locales y Escuelas, etc., de los que puedan ser miembros todos aquellos que busquen con sinceridad esclarecerse e inspirarse en la Enseñanza del  Maestro, para trabajar conscientemente en su propia evolución y en la de toda la humanidad. 

 Hay entonces tres significados distintos dentro del término Fraternidad Blanca Universal: 


1. La Fraternidad constituida exclusivamente por los Maestros, llamada también Logia Blanca. 

2. La Fraternidad más amplia que incluye a los Santos, los Sabios, los Mártires, los Profetas y los Iniciados, vivos o muertos, que recibe también el nombre de “Comunión de los Santos” o “Iglesia interna”. 

 3. Las asociaciones culturales que actualmente existen en la tierra, con sede en Francia o en otros países, que vienen a ser sólo un modesto reflejo de las dos anteriores, y que actúan como Escuelas encargadas de practicar y difundir la Enseñanza del Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov. 

 ¿EN QUÉ CONSISTE LA ENSEÑANZA DE LA FRATERNIDAD BLANCA UNIVERSAL? 

La Enseñanza que dió el Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov en Francia va dirigida a preparar el advenimiento de la nueva civilización e incluso de la nueva humanidad, que deberá trasformar por entero el mundo de aquí al final del siglo. Ahora ya sabemos sin lugar a dudas que estamos viviendo la más grave crisis de crecimiento de la humanidad y que en cualquier momento puede ocurrir la más terrible de las catástrofes. Lo que se desconoce es algo que el Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov ha venido advirtiendo desde hace ya más de cuarenta años, y es que, al final de estos años críticos tendrá lugar una Era de verdadera Comunidad fraternal. Aunque hoy en día los miembros de la Fraternidad Blanca se hallan repartidos por toda la Tierra, y aunque Bulgaria haya sido la sede original de la Fraternidad Blanca Universal terrestre del siglo XX, es de Francia de donde debe partir este ordenamiento de la nueva cultura. 

Esta Enseñanza es en realidad una forma nueva, moderna, adaptada a nuestra época y a Occidente, de la eterna Enseñanza de la Vida universal, la Ciencia denominada esotérica, conocida desde siempre por los Grandes Maestros espirituales de la humanidad gracias a sus facultades y a sus virtudes trascendentales: Ellos se han encargado de verificar y aplicar estas Leyes y Principios a todos los diversos planos de la vida, físico, moral y espiritual dentro de lo que se llama, en términos religiosos, la Voluntad divina. Ellos son los únicos hombres que han tenido el derecho y la potestad de enseñar la Ciencia de la vida por medio de la palabra y el ejemplo. Su sola presencia ha sido suficiente para sustentar, pacificar, exorcizar, gracias a su amor, a su poder y a su conocimiento. Ellos pueden puesto que ellos saben; Ellos saben puesto que ellos aman. Ellos no sólo conocen los secretos del hombre y del universo, sino que adaptan sus conocimientos al estado actual de comprensión que tiene el propio ser humano. Si acudimos a la trinidad que subyace en el hombre, formada por la razón, la sensibilidad y la voluntad, ellos piden que se verifique, se experimente y se aplique, y proporcionan los métodos para hacerlo. 

Pero esto no se limita a ser una simple teoría seguida de una práctica: es un conocimiento integral, a la vez pensado, sentido y vivido. En cuanto a todo aquello que no hemos podido verificar aún, depositamos nuestra confianza en el Maestro, por ser él un explorador del Alma, del mismo modo que un profano confía en el sabio estudioso del átomo, o en un explorador del Polo Sur. 

 LA FRATERNIDAD BLANCA UNIVERSAL Y LA CIENCIA ACTUAL 

 La inteligencia científica, racional o positiva, ha llegado a representar hoy por hoy la suprema expresión del hombre: craso error de toda la civilización occidental! El mundo actual está gobernado por los científicos y estos le llevan hacia su destrucción. Pero ello no significa que la ciencia sea falsa; Lo que ocurre es que se trata de una ciencia incompleta, que sólo conoce lo externo de las cosas y que niega o menosprecia el Espíritu, con lo cual está negando precisamente lo esencial, aquello que le permite existir. En realidad, el ser humano está capacitado para desarrollar en él facultades muy superiores a la razón lógica. Puede llegar a obtener conocimientos profundos, que antes le hubieran sido inaccesibles, sobre sí mismo y sobre el universo, así como a experimentar estados de conciencia y medios de acción trascendentes, hasta hoy ignorados o desdeñados por la psicología oficial. 

Esto es algo que muchos científicos se empeñan en negar, apoyados por el público, aunque puede ser que estén mal informados o que su perspectiva sea tan limitada que les impida ver más allá de su estrecho campo de actividad, o bien que les falte sinceridad, al negarse a recibir información por temor a tener que revisar sus creencias ateas, o a dejar de lado sus compromisos confesionales arriesgando con ello su prestigio social y viéndose obligados a hacer un esfuerzo interno -sin duda difícil-, que les llevaría a ser capaces de verificar las cosas por sí solos. No se otorga credibilidad a los santos o a los sabios de antaño, con el pretexto de que se sitúan demasiado lejos en el tiempo y resulta imposible verificar todo lo que se dice sobre ellos; pero tampoco hay interés por estudiar a los santos y sabios de hoy, (que podrían estar a su alcance), debido a la tozudez y a la ceguera que se limita a ocuparse exclusivamente de los éxitos materiales de la ciencia: Es como si los científicos estuvieran totalmente hipnotizados, obsesionados por los satélites artificiales y los cerebros electrónicos, sin tener en cuenta que el cerebro humano que ha ingeniado todo aquello, es infinitamente más interesante y poderoso que estas máquinas! 

Como si el conocimiento del significado de la vida y naturaleza del hombre, del cual depende nuestro futuro y nuestra felicidad, no mereciera más esfuerzos y sacrificios que la vana satisfacción de una curiosidad estéril, o la ilusoria conquista de un poder material que sólo nos puede aportar un engañoso confort, no exento de avidez y causante de guerras y sufrimientos! El verdadero modelo humano no es el científico; es un modelo que, aunque manifestado muchas veces, encuentra su más elevada perfección en la persona de Jesús. Se dirá: "Sí, pero aquello está bien sólo para los santos!" Y también: "Sí, pero tuvo lugar hace ya dos mil años!"... Pero no! Se trata de un modelo perenne que ha sido dado para todos los seres humanos y que es válido para todas las épocas y todas las latitudes; Es un modelo que ha sido realizado por todos y cada uno de los Maestros y que algún día se verá emulado por la totalidad de los hombres. (Ver Axiomas, 5) 

 LA FRATERNIDAD BLANCA UNIVERSAL Y LA FILOSOFÍA 

 La Enseñanza de la Fraternidad Blanca Universal es la filosofía por excelencia. En efecto, no existen aquí diversas filosofías, lo cual sería la mejor prueba de su falsedad, sino que hay una sola filosofía que se halla inscrita en la Naturaleza de forma tal que es posible verificarla, puesto que la Naturaleza misma sólo es un símbolo viviente de ella. El mundo exterior es sólo la expresión material del mundo interno, y este último le gobierna y le supera. Esta filosofía está inscrita particularmente en el propio ser humano, puesto que él es un resumen y un reflejo del Universo. "Conócete a tí mismo" sigue siendo la eterna clave de la sabiduría, pero es necesario aprender a descifrar esta clave, y para ello será necesario un Maestro que nos enseñe su lenguaje, que no es otro que el lenguaje del símbolo. "La Naturaleza, nos dice el Maestro Peter Deunov, divierte a los ignorantes e instruye a los hombres de ciencia, pero sólo revela sus secretos a los sabios", es decir, a todos aquellos cuya pureza, desapego y amor totalmente desinteresado, les han abierto el camino hacia el corazón de la Naturaleza y les han revelado los tesoros de su propia consciencia. 

 Según Platón, el verdadero filósofo es aquel que, a través de una ascesis purificadora y una disciplina moral, intelectual y estética, ha tenido acceso a la iluminación, a esa claridad trascendente que revela al hombre la realidad y la unidad del Espíritu dentro de sí mismo y en el mundo. Esto es algo que seguirá siendo cierto para siempre. Precisamente, dado el arduo carácter de esta filosofía y sabiendo que se requiere un esfuerzo hercúleo para lograr despojarse de la personalidad, se comprende que los hombres prefieran divertirse, antes que ser llamados filósofos. Así, ellos se limitan a contemplar la vida bajo un enfoque muy reducido y sin embargo afirman: "¡Esto es el mundo!". Incluso muchos religiosos, hacen como si llevaran puestas unas gafas muy poco potentes, enfocan sólo un punto del cielo y exclaman: "¡Esto es el mundo!" En cambio, el Maestro nos lleva más allá, hasta situarnos en la cima de una montaña, con una inmensa explanada ante nuestros ojos, y nos dice, señalando a los cuatro puntos cardinales y mostrándonos lo que está arriba y lo que está abajo: "¡Hé aquí el mundo!" 

La philosophia perennis, esta es la filosofía de los Maestros y no hay ninguna otra. 

 SÍNTESIS DE LA CIENCIA, DE LA RELIGIÓN Y DEL ARTE 

 La nueva Enseñanza tiene como fin restaurar la unidad interior del hombre, que hoy en día ha llegado a estar tan dispersa, tan dislocada y anárquica, hasta el punto de que le ha movido a separarse del Universo y le ha privado de los auténticos criterios de verdad, bondad y belleza. Es una Enseñanza que promueve una gran síntesis -algo que siempre han anhelado los mejores espíritus-, entre la ciencia, la religión y el arte. Las ciencias actuales carecen de un vínculo real entre ellas, así como nuestra vida intelectual está desvinculada por lo general de nuestros actos y sentimientos. Si bien existe una psicología científica, no hay una ciencia del Espíritu ya que, por definición, este es inaccesible al conocimiento denominado científico u objetivo. Por su parte, las ciencias de la Naturaleza tal como se conciben hoy en día, se pierden muy a menudo en el estudio de los fenómenos y las leyes más elementales: Ni siquiera han logrado identificar todas las especies vivas que existen en la tierra. En cambio, la ciencia de los Maestros se remonta a las fuentes de la vida, a los grandes principios que gobiernan todas las energías, estableciendo los vínculos entre cuerpo y Espíritu a través de métodos apropiados para ello: Ante un nuevo objetivo se requieren nuevos métodos, es algo de simple lógica! Así por ejemplo, para estudiar la Naturaleza en cuanto a sus diferentes planos y significados, ella va a utilizar el método analógico, que es la clave de todas las correspondencias, es decir, de todos los secretos que puede encerrar el conocimiento, la poesía o el símbolo. 

Pero no basta con objetivar para conocer: Es preciso volver a traer las cosas al plano sujetivo, vibrar, simpatizar, identificarse con el objeto a través del amor, hasta llegar a manifestar exteriormente lo que se ha sentido, bajo la forma de una acción, una aplicación concreta o la realización de una obra. A esto se llama Sabiduría, Amor y Verdad, y esta es precisamente la divisa de la Fraternidad Blanca Universal. 
No hay saber sin amor, sin realización. Por lo mismo, no hay amor sin saber! En principio, las religiones deberían ser verdaderas escuelas de amor fratarnal, pero el hecho es que hasta el presente, ellas sólo han logrado tender abismos entre los humanos, merced a su falta de luz y de eficacia; Se han mostrado incapaces de trasformar los corazones y las mentes y, aunque retengan todavía algunas llaves, el hecho es que ni saben usarlas ni permiten que otros las usen para abrir. Se predica el perdón de las ofensas, la paciencia frente a los golpes y bofetadas, el amor a Dios, al prójimo y a los enemigos, pero no se dice el porqué de todo esto, ni cómo es preciso hacerlo. En nuestros días, la gente quiere comprender, necesita ver las cosas claras; los humanos ya no son niños, y por esto, la ciencia de los Maestros se nos revela como el soporte indispensable de una religión mística y elevada. 

 En cuanto al arte, este debería representar el mejor instrumento de realización que existe; debería ser un arte simbólico que revista de belleza la luz del conocimiento y el calor del amor, teniendo en cuenta que la belleza es la magia más eficaz para trasformar al hombre: Poesía, música, danza, arquitectura, decoración, teatro, elocuencia, escultura, incluso el urbanismo, volverían a asumir como en otras épocas su más verdadera y sagrada misión. En particular, la música juega un papel preponderante dentro de la nueva Enseñanza, una música como aquella que nos legó 9 el Maestro Deunov, destinada a reconstruir la unidad interna del ser humano. Y no obstante ¡hay que ver en qué abismo de tinieblas y errores maléficos han caído las artes contemporáneas, arrastrando consigo a las multitudes inconscientes e hipnotizadas, entre las cuales vemos con estupefacción a personas cultivadas e inteligentes, científicos, creyentes, sacerdotes y espiritualistas que prtenden dirigirnos, pero que en realidad nos precipitan hacia un desequilibrio mental, del mismo modo que los físicos del átomo han puesto en peligro el equilibrio de la atmósfera terrestre. Aquí también, es preciso reconocer la Sabiduría y el Amor de los Maestros de la Gran Fraternidad Blanca Universal, que han sabido inspirar siempre, a través de los siglos, a los auténticos genios del saber, de la belleza y la santidad. 

 LA FRATERNIDAD BLANCA UNIVERSAL Y LA RELIGIÓN CRISTIANA 

 La Enseñanza de la Fraternidad Blanca Universal no representa una religión más, o una filosofía más entre tantas otras, sino que es la Religión, entendida como auténtico vínculo con Dios, libremente reestablecido y metódicamente verificado. Pero no debemos olvidar que ha sido destinada especialmente al mundo occidental y por consiguiente se dirije a una gran mayoría de cristianos, basándose en el cristianismo tradicional, al cual vivifica y esclarece notablemente. De hecho, viene a ser la misma religión cristiana en lo que tiene de más puro y esencial y presentada de una forma moderna, es decir: 
 1. Con el rigor racional y las exigencias experimentales que corresponden a una época de alto desarrollo crítico e intelectual; 
 2. Con una profunda sensibilidad, que reintegra la Naturaleza entera -tan ignorada en Occidente durante dos mil años-, al Reino del amor divino, al dominio de lo Sagrado; 
 3. Con un estímulo y unos métodos de aplicación capaces de sacudir nuestra inercia de teóricos e intelectuales, dando un significado interno a todos nuestros actos mecanizados y poniendo alma a una vida tan deshumanizada como la nuestra. 

 La Fraternidad Blanca Universal es la misma Iglesia esotérica y mística de san Juan, que ha existido siempre bajo una forma discreta, oculta, incluso perseguida, sin haber hecho nunca mal a nadie, ni aprisionado a persona alguna, ni vertido una sola gota de sangre, adorando a Dios en espíritu y en verdad, constituída no sólo por los Santos, sino también por todos los Iniciados y los Maestros que han sabido unir la fuerza del saber a la del amor.Esta Iglesia de Juan es la que ahora entra en escena, precedida por la Iglesia de Pedro, a la que correspondió un papel de preparación externa que ahora toca a su fin pues, a pesar de que hoy día existen unos quinientos millones de personas que se dicen cristianas, de hecho el verdadero cristianismo aún no ha sido llevado a la práctica, salvo en el caso de unos pocos individuos aislados. Entre los llamados cristianos se explota, se oprime, se odia y se mata incluso a gran escala: ¡Peor que en tiempos de los Asirios! Pero ahora llega el momento de vivir el cristianismo a un nivel colectivo y planetario. Visto lo anterior, nadie debe asombrarse por el hecho de que se conceda aquí un lugar importante a los textos tradicionales judeo-cristianos, en especial al IV Evangelio y al Apocalipsis. 

Si bien Jesús como hombre fué un Maestro, el Espíritu-Crístico que le habitó durante los tres años de su vida pública es también la Augusta Cabeza de la Fraternidad Blanca “Universal”, lo cual significa dentro del Universo, sean cuales fueren las formas confesionales terrestres actuales. Hay pues “Hermanos Blancos” también entre los Budistas, los Brahmanes, los Musulmanes, los Judíos, como los ha habido incluso entre los paganos. El amor y la sabiduría de los Maestros están muy por encima de nuestras divergencias locales o temporales: Ellos son universales y eternos. 

 LA ENSEÑANZA DE LA FRATERNIDAD BLANCA UNIVERSAL: EL NUEVO YOGA 

 Ahora que la mística hindú se ha puesto de moda y goza de gran prestigio en los ámbitos intelectuales y espiritualistas, puesto que el cristianismo tradicional no parece ser suficiente, es posible incluso considerar la Enseñanza de la Fraternidad Blanca Universal bajo la perspectiva del Yoga. Como es sabido, el Yoga es una técnica milenaria para la unión con Dios, un método encaminado a lograr un retorno de la conciencia desde la periferia hasta el centro, que coincide en esto con el gran precepto del “Conócete a tí mismo”, un sistema en fin, destinado a colocar de nuevo al ser humano en su verdadero reino. Los filósofos griegos de la linea de Pitágoras, Sócrates, Platón y más tarde Plotino, fueron yogis; Gran parte de los místicos cristianos y judíos, así como de los sufíes musulmanes han sido también yogis. 

En este sentido, la Enseñanza de la Fraternidad Blanca Universal podría identificarse como el Yoga supremo de Occidente y de la nueva raza, puesto que orienta sus criterios y prácticas hacia una perpetua comunión del hombre con Dios, a través de la Naturaleza y de los cuatro “Elementos”, a través de sus semejantes y, sobre todo, a través del “Gurú”, del Maestro espiritual que es el único capaz de impulsar al individuo a nacer en el mundo espiritual (segundo nacimiento). Es pues un Yoga del amor, del conocimiento. de la acción, de la belleza, todos ellos estrechamente reunidos en dos yogas fundamentales: el Yoga de la nutrición y el Yoga del Sol. No obstante, existe aquí una diferencia muy clara y esencial respecto a Oriente (diferencia que ha ido reduciéndose notablemente por parte de los más recientes maestros espirituales de la India): No se trata de evadirse de la tierra para ir hacia el Nirvana, dejando atrás el mundo material, tal como lo predicaba el Budismo, por ejemplo; Por el contrario, se trata precisamente de volver, luego de haber experimentado la unión con Dios, a instalarse en el corazón de la materia terrestre, de la vida social, del sufrimiento, del trabajo manual e intelectual, con el objeto de afinar, mejorar y espiritualizar por doquier esta materia: En nuestro propio cuerpo, en el organismo social, en la naturaleza animal, vegetal y mineral. 

 La nueva civilización no buscará escapar a la “ilusión” de la materia (como en Oriente), pero tampoco intentará conquistarla y explotarla sin escrúpulos en pos de un confort mal entendido, que sólo persigue el placer y el dominio (como ha ocurrido en Occidente), sino que buscará trasformarla poco a poco en un perfecto canal conductor del Espíritu. En realidad, el ser humano está destinado a convertirse en un colaborador consciente de la Divinidad. A continuación, vamos a exponer los postulados fundamentales de la Ciencia esotérica, axiomas que cada uno deberá verificar por sí mismo algún día, puesto que no se trata aquí de simples “visiones de la mente”, ni tampoco de “teorías” o “doctrinas”, sino de las grandes verdades de la experiencia misma, que han sido comprobadas más de mil veces por todos los grandes Maestros y en las que todos ellos están de acuerdo, por encima del tiempo y del espacio. 

Por esto, solicitaremos al lector que las admita sin discusión, aunque sea bajo la forma de hipótesis científicas que en su momento podrá comprobar. Es preciso ahora no perder tiempo -puesto que vivimos un momento grave en extremo-, intentando refutar mediante argumentos mezquinos, vanidosos, ignorantes y egoístas, a esta Ciencia excelsa y sublime, que ha sido trasmitida por los más grandes Sabios y Magos que han vivido sobre la tierra. 

 TODO ESTÁ VIVO, TODO ES ESPÍRITU 

Decir que algo está vivo, equivale a decir que está animado, que tiene espíritu: Incluso las plantas, la luz, el agua, el fuego, las piedras, las nubes, los astros... todos ellos están vivos. La naturaleza exterior, material, el mundo de las formas y los colores, no son más que un símbolo, un lenguaje que expresa una realidad interna, invisible, prodigiosa y misteriosa, mucho más real que la otra, pero de orden espiritual. Hace dos mil quinientos años, Anaxágoras afirmaba que “Todo se manifiesta es visión de lo invisible”, y por su parte Goethe, en el siglo XIX , expresaba a través de un coro místico en el Fausto: “Todo lo que es efímero es sólo un símbolo”, un símbolo de las cosas eternas. Así, bajo diversas apariencias, todos los grandes genios del pensamiento y la poesía han traducido una misma verdad que su intuición les hacía percibir. Este acuerdo es pues muy significativo: Negarse a reconocerlo es simplemente un signo de mala voluntad. 

 El Universo representa de este modo el cuerpo de Dios, o dicho de otro modo, Dios es el Espíritu del Universo, del mismo modo que nosotros somos el espíritu de nuestro propio cuerpo. Los Hindués dicen que “Dios piensa, y los mundos aparecen.” Y también afirman: “Brahma respira; cuando expele el aire crea los mundos y cuando inspira los vuelve a reintegrar a su propio Ser.” Aquí vemos una curiosa “coincidencia” con las recientes hipótesis de los astrónomos acerca de la expansión del Universo! Pero aún no se capta plenamente este axioma fundamental, ni se ha llegado a extraer de él todas las consecuencias que implica: “Dios subyace por dentro de todos, entre todos y en todos...Es a Él a quien debemos pues la vida, el ser, el movimiento”...Son palabras de san Pablo. Es preciso renunciar a las discusiones estériles sobre la existencia de Dios, sobre el panteísmo y el politeísmo, sobre un Dios personal o impersonal, pues todo ello es sólo un producto de nuestros vacuos intelectos que nos impiden sentir, percibir la presencia maravillosa e inmensa del Espíritu detrás del mundo de la materia. Todo lleva pues a reconocer a Dios, desde el minúsculo cristal de nieve y el más pequeño de los átomos, hasta las encarnaciones del Espíritu divino manifestadas en las formas humanas más puras y perfectas. El Espíritu se manifiesta a través del Amor, el Amor crea la Vida. Todo vive de esta forma en Dios. 

 LA UNIDAD DE LA VIDA 

 Para los Hindúes, la separación de los seres -y especialmente de los seres humanos- en diferentes cuerpos, es sólo un “Maya”, una ilusión del mundo material. En realidad, la Vida universal es una en su esencia, y esta unidad es accesible por medio del amor; Los poetas ya la presintieron, los místicos pudieron percibirla en sus éxtasis y los sabios en sus estados de iluminaciön. “¡Insensato aquel que crea que yo no soy tú!”, clamaba Hugo a sus lectores en Las Contemplaciones. Para San Pablo, “todos somos miembros de un único cuerpo, el Cuerpo de Cristo”. Jesús nos pidió amar a a nuestro prójimo como a nosotros mismos, es decir, como si él fuera uno con nosotros, y el Maestro es capaz de identificarse en su consciencia con la más pequeña brizna de hierba, pero a la vez puede contener dentro de su propio ser a los Arcángeles más inmensos! Esta unidad, que va mucho más allá de la simple solidaridad, abarca todos los seres. Así como el ser humano consciente sabe que está compuesto por unos treinta mil millones de células, cada una de las cuales es una unidad en sí misma, dotada a su vez de una consciencia y sometida a un nacimiento y una muerte dentro de la unidad total del individuo, de un modo semejante el Universo con su Consciencia divina, está compuesto por una infinidad de seres, cada uno de los cuales sigue conservando su propia unidad, su consciencia y su evolución dentro de la Unidad universal. Aquí hay algo que parece incomprensible para nuestra lógica tradicional, pero que nos puede ser revelado si estudiamos detenidamente la naturaleza. 

Cada átomo es un sistema unitario, un conjunto de vidas coherentes que existen dentro de otras mucho mas grandes e inconmensurables. Los biólogos contemporáneos afirman que las sociedades de insectos constituyen verdaderos seres, sólo que sus elementos componentes están aquí sueltos, en lugar de amalgamarse formando estructuras compactas de tipo celular u orgánico, con lo cual nos dan la ilusión de ser insectos independientes unos de otros. En esto, los biólogos no están lejos de la verdad esotérica. De esta forma, toda la humanidad es un gran ser, dotado de una consciencia colectiva que se superpone a las consciencias individuales o más bien las supera y engloba. Es aquí donde hay que reconocer los aportes y descubrimientos de los sociólogos, aunque debemos interpretarlos bajo otra perspectiva! El hombre es así un modelo, un reflejo del Universo; o mejor, el Universo es semejante al cuerpo humano con sus distintos órganos (las galaxias), sus células (los sistemas solares), etc. 

Esto es lo que la Tradición esotérica quiere expresar al denominar al hombre “Microcosmos”, en cuanto resume al Universo o “Macrocosmos”. Esta unidad de la vida ha sido magistralmente expresada por el poeta Rabindranath Tagore. 

 LA GRAN ESCALA 

 La vida se despliega y asciende por los peldaños de una escala infinita: Distintos niveles de la materia, de las vibraciones, de la consciencia. Esta gradación es lo que nos permite comprender la unidad de la vida y el vínculo que une todas las cosas internas y externas, así como la falsa antítesis del alma y el cuerpo, del espíritu y la materia, del bien y el mal. Ella es la que nos proporciona la base racional que fundamenta el método analógico. Sabemos que la materia física se nos presenta bajo tres estados: Sólido, líquido y gaseoso, siendo este último invisible, y que va pasando de un estado al otro por efecto del calor y la dilatación (o en sentido inverso, por medio del enfriamiento y la contracción, que constituyen dos sistemas de “condensación del espíritu”). Pero de hecho, la escala va más allá de la forma gaseosa, estableciendo un brusco salto cualitativo hacia otras formas, que se han venido llamando tradicionalmente etéricas, astrales o anímicas, mentales, y más arriba aún, Búdicas, átmicas, etc., hasta llegar al espíritu puro. La ciencia misma nos presenta el átomo como un núcleo que encierra energías formidables, que están encerradas por así decirlo dentro de unos límites provisorios. 

Dichas energías no son otra cosa que una forma sutil de la materia, y detrás de ellas subsisten otras formas aún más sutiles, hasta el infinito. Así pues, la materia y el espíritu vienen a ser los dos polos extremos de una misma realidad. Esto es algo que los Iniciados han sabido desde hace milenios, en contraste con la ciencia oficial, dotada de unos métodos tan lentos y meticulosos, que pueden trascurrir otros miles de años antes de que lo “descubra”. En el terreno de las fuerzas, existe también una escala de vibraciones, de la que los científicos conocen sólo algunos peldaños inferiores. Ellos no han podido establecer aún los vínculos entre las vibraciones de índole mecánico (infrasonidos Æ ultrasonidos) y las vibraciones electromagnéticas (ondas Hertzianas Æ Luz Æ Rayos Gamma), puesto que desconocen esta escala de vibraciones, que se remonta en realidad mucho más allá, hasta lo infinito de la velocidad y la sutileza. 

Ella nos permite entender a través de sus resonancias, de sus octavas y sus leyes armónicas, una serie de correspondencias que en principio parecerían surgir de la imaginación delirante de algunos poetas, pero que son absolutamente reales y ciertas. Así por ejemplo, el calor va unido al amor, la luz a la sabiduría y el movimiento a la voluntad, y esta es la Trinidad dentro de la materia física. Pero esto nos permite comprender también que es posible apoyarse en el mundo físico para desarrollar la vida espiritual, utilizar el sonido para armonizar la materia, o usar la luz para remontarse hacia el espíritu. Por lo mismo, el hombre que sabe controlar su pensamiento es capaz de dominar también los vientos y el aire, etc. 

 Otra escala semejante se nos presenta en el ámbito de la consciencia, un terreno en el que nuestra psicología oficial se muestra particularmente atrasada: Ella ignora practicamente todo respecto a las formas superiores e inferiores de la consciencia, y es muy poco lo que llega a conocer respecto a la consciencia humana normal. Más allá de la consciencia profunda del mineral, la subconsciencia propia del vegetal, la consciencia animica y vaga del animal y la consciencia individual del hombre, existe toda una gama inmensa de grados de supraconsciencia, o consciencia colectiva, pasando por el Genio, el Santo y el Maestro; Hay toda una serie de estados superiores donde la consciencia humana puede ensancharse hasta lo infinito, por encima del espacio y el tiempo. Uno de los errores más nefastos de la psicología actual es el de ignorar, voluntariamente o no, esta supraconsciencia que trasciende el plano individual sin llegar a ser del todo impersonal, de la cual nos informan tantos documentos, bien sea en el Oriente Hindú o en el Occidente cristiano, documentos “objetivos” sin duda, pero que permiten instruirse al respecto, mientras se llega a tener acceso directo y personal a dichos estados superiores de consciencia que van a constituir el futuro del hombre.

ALFRED LAUMONIER 

1 comentario:

  1. Hermano mio, no hay comentario, sólo que nuestro Espíritu salta emocionado por tan profundas y sencillas verdades a la vez. Nada más leyendo a groso modo, se siente estar viviendo en otra dimensión huaman. Leyendo tus breves y acertadas exaplicaciones de lo que significa nuestra Fraternidad Blanca Universal, nos eleva a una Diomensión hermosa de lo que debería ser nuestro querido, pero maltratado y ultrajado planeta tierra, por la mano omnipotente y depredadora del hombre común, rapaz, sin sentido de la Verdadera Vida Sublime y Amorosa en lo Fraternal. Me quedo corto, y me faltan palabras para expresar todo lo que se siente en el Corazón, entre alegría, paz, tranquilidad, y entusiasmo por ver venir esa nueva era del nuevo Cristianismo,de la verdadera HERMANDAD ENTRE TODOS LOS SERES HUMANOS DE BUENA VOLUNTAD AQUÍ EN LA TIERRA. SALAM ALEI KHUM.

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